domingo, 26 de febrero de 2012

Trenes en Pilar: bala, chinos y rusos; las promesas eternas


La tragedia ferroviaria desatada el miércoles en la estación de Once –el tercer desastre de este tipo más grave de la historia argentina- puso una vez más la lupa en el deficiente servicio que las empresas concesionarias de trenes ofrece a sus usuarios.

En el distrito los ramales que operan son dos: el San Martín y el Belgrano Norte, las que transportan a más de 4 millones de pasajeros por mes cada una. A su vez, ambas acarrean su propia historia de anuncios y sinsabores, de mejoras que nunca llegan y quejas que se multiplican a lo largo de los años.

 Tren eléctrico

El FFCC San Martín une Pilar y Retiro y está regenteado por UGOFE. Su historia habla de una electrificación que nunca llegó desde hace casi medio siglo, mucho antes de su privatización: los primeros estudios para electrificar el San Martín comenzaron en la década del 60. La estatal Ferrocarriles Argentinos (FA) incluyó el proyecto dentro del denominado “Plan Maestro” para modernizar las redes urbanas.

Ya en los ’70, especialistas de la ex Unión Soviética elaboraron un estudio durante un año para determinar la factibilidad de la obra. Es más: dicho proyecto sigue tomándose como base cada vez que aparece la posibilidad de electrificar el San Martín. Sin embargo, en la década de 1980 la idea se aplicó a la línea Roca, quedando postergado una vez más el tren que ingresa a Pilar.

En los ‘90 el tema se reflotó: Metropolitano tenía contrato hasta el 2006, pero el menemismo renegoció el contrato y se apuntó la obra a cambio de una serie de ajustes en la tarifa. Más tarde, la Justicia anularía esos aumentos en el boleto y “el tren eléctrico” quedaría –para variar- en la nebulosa.

Durante la presidencia de Néstor Kirchner, tras la rescisión del contrato en 2004 el gobierno reflotó la idea de electrificar el ramal, en medio de una serie de medidas destinadas a mejorar los trenes en todo el país. En ese entonces, ya no eran los rusos sino los chinos quienes aportarían la infraestructura y las unidades, en una operación U$S 123 millones, a realizarse como muy tarde en 2007…

Sin embargo, nada se concretó, y en 2009 llegó un nuevo anuncio “internacional”: ni rusos ni chinos, sino portugueses. El por entonces secretario de Transporte, Ricardo Jaime, sostuvo que el proyecto de electrificación total del FFCC San Martín se llevaría a cabo a través de un acuerdo con el gobierno portugués, con una financiación de 160 millones de dólares, terminándolo en tres años, es decir… en 2012.



Bala perdida

Uniendo Retiro con Villa Rosa, el FFCC Belgrano Norte cuenta con su propia historia de anuncios nunca concretados. Allá por 2007, el Gobierno aseguró que prepararía un plan de inversiones de $450 millones, destinado a mejorar profundamente esa línea. Según trascendió en ese entonces, el proyecto de modernización contemplaba, por un lado, la reconstrucción y ampliación de las formaciones ferroviarias; y por otro, la remodelación integral de sus 22 estaciones (Villa Rosa, Del Viso y Manuel Alberti, en Pilar). El plan preveía llegar a 2008 con los servicios totalmente renovados.

No obstante, la vedette de ese mismo 2008 fue nada menos que el “tren bala”, formación de alta velocidad (TAVE) que uniría a Buenos Aires con Rosario y Córdoba, y de la que se anunció en un principio –por boca de la propia Presidente de la Nación, Cristina Fernández- que tendría una parada en Villa Rosa.

El proyecto del tren bala iba a tener un costo de 2.500 millones de euros (15.000 millones de pesos), desembolsados por el banco francés Natixis. El Estado argentino lo pagaría con la emisión de un bono, y la obra iba a demandar un mínimo de cuatro años. Las formaciones del TAVE viajarían a una velocidad de 320 kilómetros por hora, uniendo Buenos Aires y Córdoba en 3 horas.

Sin embargo, la posibilidad de poder viajar desde Retiro hasta Pilar en apenas 10 minutos, a bordo de un tren de alta velocidad con bar, Wifi, pantallas en los asientos y cabinas privadas, quedó sólo en un proyecto. Además, del “tren bala” sólo quedan noticias de archivo sobre su anuncio, hoy utilizado con más sorna que seriedad.



4 millones

De usuarios usan por mes los trenes del San Martín, y otros tantos los del Belgrano Norte.



Al Parque Industrial, en vía muerta

Involucrando al ramal Belgrano Norte, otro proyecto del que se habló en los últimos años es el de la llegada del tren al Parque Industrial, más precisamente con el acondicionamiento de una vieja estación, ubicada en el denominado Apeadero Kilómetro 61, de la localidad de Fátima.

Allí funcionó una estación hasta principios de la década de 1970, pero hoy sobre la calle polvorienta pasa una vía muerta, con una barrera desvencijada. A su lado, se ubica una pequeña casilla de madera, deteriorada por el paso del tiempo.

A fines de 2008 la idea pareció tomar color, a partir de una visita de funcionarios de la Subsecretaría de Transporte Ferroviario de la Nación, invitados por la Defensoría del Pueblo de Pilar. A su vez, la Cámara Empresaria de Parque Industrial (CEPIP), realizó una encuesta en la que unos dos mil trabajadores dijeron que utilizarían el servicio.

Como el tren bala, como la llegada de capitales rusos, chinos o portugueses, el proyecto sigue siendo aún un deseo, parte de la historia de anuncios que no lograron cambiar la realidad de los ramales San Martín y Belgrano Norte.



Opiniones de pasajeros

Héctor Leonardo Schreiner Lugones: “Hasta Retiro en hora pico, desde Pilar se viaja sentado, en Derqui se llena y luego desde ahí la gente viaja parada. A la vuelta hay que tomarlo en Retiro por que ya desde Pacífico/Palermo viajás parado, un desfile de vendedores ambulantes, y los asientos son muy incómodos. Pero prefiero el tren al 57 común o diferencial, ya que su servicio es igual o peor al del tren. A Baires nunca en auto por los costos, los embotellamientos y lo difícil que es encontrar un estacionamiento, prefiero el tren”.

Eva Olivera: “Yo viajo en el Belgrano, voy a San Isidro los sábados y cuando vuelvo es un desastre. En la estación de Montes casi siempre se pasa de largo la mitad de la estación, no puede parar de lo lleno que viene. Un día de estos no contamos el cuento, la verdad se viaja pésimamente mal”.

Graciela Ramírez: “Yo viajo con dos chicos. Las veces que lo hago, el San Martín es un desastre. Ni te dejan subir, tenés que hacerlo a los empujones”.

Giuliana Carrizo: “En el San Martín desde Pilar a veces con suerte viajás sentado, pero hay veces que se llena completamente porque se atrasan los trenes y es un desastre. Eso sí, tenés que viajar agarrando bien tus pertenencias porque siempre están alertas los ladroncitos de cuarta. Yo prefiero el 57 diferencial, pero se complica viajar todos los días cuando el boleto sale 8 pesos, y en el tren sólo 2”.

Fuente: Pilar a Diario

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