jueves, 1 de marzo de 2012

Arrancó la intervención y hubo siete trenes menos en el Sarmiento

Los empleados liberaron los molinetes para moderar las protestas. Una semana. Intervención. Retrasos. A siete días de la tragedia de Once, ayer debutó la intervención estatal que se hará cargo de las dos líneas ferroviarias que maneja TBA, el Sarmiento y el Mitre, por los próximos 14 días. En su arranque, la intervención retiró siete trenes del servicio del Sarmiento por “razones de seguridad”, lo cual provocó demoras de hasta 40 minutos. Al entrar a Once, el silencio es particular. Todas las miradas apuntan a ese telón negro y a las maderas que cubren la formación que todavía espera por las pericias judiciales. En la hora pico, se ven molinetes liberados y empleados de TBA parados a un costado. Mensajes y carteles en honor a las 51 víctimas se mezclan con el trajinar del día a día. Pasajeros resignados a esa demora constante, que ayer fue un poco mayor a la habitual. “En estas condiciones no se van a controlar los boletos. No podemos decir nada. ¿Qué vas a controlar?”, explicó ayer a Clarín uno de los trabajadores de TBA, parado frente a los molinetes. Las boleterías permanecieron abiertas, pero nadie controló si se viajaba con boleto o no. Una suerte de liberación de molinetes informal. Raúl Baridó, el interventor designado por el Gobierno (ver recuadro) dio la orden de que sólo entren en servicio los trenes que cumplan con las condiciones de seguridad. ¿Resultado? Siete formaciones menos en la línea que comunica la Capital Federal con el oeste del Conurbano. De los 22 habituales, ayer sólo circularon 15 trenes. Una formación que cubría el servicio rápido entre las estaciones de Once y Moreno fue desafectada al llegar a la estación terminal de Plaza Miserere. Si bien no hubo información oficial de la intervención, Clarín pudo confirmar que se trató de un desperfecto eléctrico : un cortocircuito en el transformador de corriente. Antes de llegar a Once, esa formación tuvo “chispazos” a la altura de las estaciones de Liniers, Flores y Caballito. La quita de las siete formaciones que no estaban en condiciones de funcionar por razones de seguridad generó demoras que fueron de los 15 minutos a una hora y media , según se comprobó en el momento más complicado, pasado el mediodía. Cerca de las 18, también en hora pico, las demoras superaban los 40 minutos. Las mismas deficiencias operarias que se vienen denunciado hace tiempo, ayer se volvieron a repetir. Trenes colapsados de pasajeros y formaciones con las puertas abiertas, sin cumplir con las normas básicas de seguridad. Nada cambió. Los trabajadores de TBA no recibieron ninguna normativa de la intervención estatal, como tampoco información oficial sobre las demoras. “Nadie habló con nosotros. Lo que sabemos es porque hablamos entre nosotros. Con eso tratamos de darle la información necesaria a la gente. Nosotros no somos los Cirigliano, somos trabajadores”, explicó Fabian, trabajador ferroviario desde hace más de 10 años, que cumple funciones en Once. Se espera que para hoy continúen las demoras. Fuente: Clarin

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