martes, 1 de junio de 2010

Pese a los reclamos, no hay plazos para que vuelva el tren

El motivo de la inactividad en ese ramal es la arena acumulada en algunos tramos. Desde Ferrobaires aseguran que el tema pasó a la Provincia. Los usuarios sostienen que con esta determinación, los pueblos del interior morirán.



Tren de partiendo de Carmen de Patagones, foto Diego Sotelo, Galeria Haciendovia

La arena acumulada sobre las vías del ferrocarril, en los siete kilómetros que separan a las localidades de José B. Casás y Cardenal Cagliero, terminaron por originar la suspensión, hace cinco meses, del servicio de trenes en el ramal que une Bahía Blanca con Carmen de Patagones. El inconveniente tuvo su origen en los fuertes vientos que han venido afectando a la zona sur del distrito maragato y que se acentuaron a fines de 2009. Si bien el panorama pareció atenuarse a principios de este año, con una sucesión de lluvias, la arena, que en algunos tramos supera los dos metros de altura, nuevamente no hace más que seguir acumulándose.

Otro sector de la vía muy afectado comprende seis kilómetros existentes entre Cardenal Cagliero y Carmen de Patagones, donde, de acuerdo con lo informado, la altura de la arena supera los tres metros. Es así que, desde mediados de diciembre último, cuando el servicio fue suspendido, los reclamos de los usuarios no dejaron de hacerse oír. Así, tanto los pasajeros que hacían uso del tren para trasladarse a las ciudades que comprende el ramal, como comerciantes o vecinos que recibían bultos o encomiendas, siguen esperando el restablecimiento de un servicio que dejó de realizarse "sin previo aviso". Las localidades afectadas, partiendo desde Bahía Blanca hacia el sur, son General Daniel Cerri, Ombucta, Teniente Origone, Mayor Buratovich, Hilario Ascasubi, Pedro Luro, Juan A. Pradere, Villalonga, Stroeder, José B. Casás, Cardenal Cagliero y Patagones. El superintendente de transporte de trenes de pasajeros de la Unidad Ejecutora del Programa Ferroviario Provincial (Ferrobaires), Raúl Kisner, justificó que mucha gente habla "sin conocimiento" y agregó que poco saben del trabajo que ha efectuado la empresa para revertir la situación. "En definitiva, esto ha sido consecuencia del desmontamiento de los campos y, por ende, del viento. En su momento se hizo un trabajo de 15 días con una pala de la empresa, pero todo volvió a quedar igual casi de inmediato", recordó. En ese sentido, indicó que el tema pasó a la órbita del gobierno provincial. "Con una sola máquina no se puede hacer nada.

Acá se necesitan al menos tres o cuatro, y un trabajo de no menos de 30 días completos", aseguró. "Existen, literalmente, médanos al costado de la vía. No es un tema sencillo", expuso, para rematar: "Así como hay gente afectada, queremos aclarar que a nosotros tampoco nos conviene que el servicio esté frenado". De este modo, Kisner se excusó de brindar detalles como plazos. "No está lloviendo, el pasto no crece y la arena se acumula. El panorama es grave y por eso deberá ser el propio gobierno provincial quien decida", reiteró. "Diferencia abismal". Marcelo Arce, comerciante del rubro de agua envasada y soda, en Stroeder, dijo sentirse muy perjudicado desde el punto de vista económico a partir de la inhabilitación del ramal Bahía Blanca-Patagones. "Los envases que necesito para mi negocio son elementos muy livianos y el tren los cobra por kilogramo. El flete en camión representa el 400 por ciento más, porque en ese caso se cobra por bulto", graficó, para agregar que durante toda la temporada estival, época de mayores ventas, prácticamente trabajó a pérdida. "Es imposible trabajar así. De hecho casi no me dedico porque no rinde. No entiendo cómo no existe equipamiento de mantenimiento, porque los vientos que afectan a esta región no son de ahora, sino que los hemos padecido toda la vida", amplió. Arce dijo que el panorama lo afecta desde el sábado previo a la Navidad, cuando se produjo el último viaje del tren. "Para abaratar costos he viajado en mi propio vehículo a Bahía Blanca, pero la mejor solución, no sólo para mí, sino para otros tantos comerciantes, es que se retome el servicio", dijo, para confesar, no obstante, que le costará muchísimo recuperar el mercado perdido.

Comentó que un caso similar se vive en el corralón, que requiere mucha cantidad de otro elemento muy liviano, como el tergopor. "Aquí también se paga más caro el flete que la mercadería y por eso se debe adecuar su valor", señaló. Arce se refirió también al "caos" que se vive en el micro que cubre el servicio de esa zona, especialmente durante los fines de semana largos, vacaciones o días especiales. "El micro no ingresa al pueblo, sino que tiene contratadas combis que acercan a los pasajeros a la ruta. Siempre llegan abarrotados de gente, a tal punto que días atrás no hubo lugar para que viajara", recordó. "El tren cumple un servicio esencial, especialmente para las familias numerosas que tienen parientes en localidades cercanas. Por caso, no todos pueden afrontar un pasaje a Patagones de 15 pesos por persona. El tren cuesta menos de la mitad", comparó. También dijo que el sistema del micro --que frena a un costado de la ruta, sin que exista una parada, estacionamiento adecuado o estación de servicio-- genera no pocos riesgos de accidentes. "El `tren bala' anunciado con bombos y platillos años atrás no era un lujo como se pensó, pero al menos pasó a ser de utilidad para toda nuestra zona. Deseamos con todas nuestras fuerzas que se retome este servicio fundamental para todos nosotros", reflexionó. "Si hay voluntad debe solucionarse".

El titular de la comisión de fomento de Lago Parque La Salada, Luis Méndez, admitió que, fundamentalmente en temporada alta, el tren se convertía en una verdadera necesidad. "Los sábados bajaba mucha gente, que permanecía hasta el día siguiente, en que el convoy regresaba", recordó, para bregar por su pronto reestablecimiento. "Sería muy importante que se revierta esta situación antes del verano", puntualizó. También se refirió al tema el delegado de Stroeder, Lorenzo Zwenger, quien expresó que "el tren constituye una gran cosa para esta zona". "Siempre el paso del tren es un beneficio, ya sea para los pasajeros como para las muchas personas que esperan o envían paquetes", sostuvo. Marcos Skopyj, titular de la Corporación del Comercio de Stroeder, manifestó que si se desea que los pueblos del interior sigan vivos, el tren no debe dejar de pasar. "Sacar el tren en estas pequeñas poblaciones es discriminarlas y empezar a matarlas, más aún para el caso de Stroeder, donde sólo contamos con un medio de transporte del grupo Plaza que ni siquiera es de larga distancia", explicó. "Si hay voluntad política, el servicio de tren se debe retomar. Sé que en 1960 ocurrió algo parecido y se trabajaba a pulmón, sacaban la arena con la pala. No puedo entender que en 2010 esto no se pueda resolver", concluyó.

Fuente: La Nueva Provincia

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