Ayer cerca del atardecer, en el viejo andén de la Estación de tren de Puerto Deseado, volvió a sonar la campana anunciando la partida de un tren imaginario cargado de emociones y recuerdos.
Los ferroviarios que custodian día a día este emblemático edificio recibieron como donación del Sr. Juan Pablo Pereda, una singular campana de bronce, cuyo alegre y diáfano acorde volvió a dar vida a nuestro dormido andén.
Pereda, fotógrafo profesional que desde hace más de 8 años visita esta ciudad costera, emprendió hace un tiempo atrás la búsqueda de esta campana para cumplir el viejo anhelo que el personal del ferrocarril le había oportunamente manifestado. Primero fue por Internet, luego recorriendo fábricas de campanas, hasta que finalmente logró encontrarla en una casa de antigüedades de San Antonio de Areco.
Los ojos de los ex empleados del ferrocarril brillaban y se inundaban de emoción mientras quien fuera el último jefe de la Estación Tellier orgullosamente vestido con su uniforme azul, tomaba la posta y hacía sonar el acústico instrumento, mientras la mirada de todos sus compañeros se clavaba instintivamente en un lejano punto donde las vías se funden con el horizonte, como presagiando que en un futuro muy cercano la ilusión y el deseo que habita en el corazón de todos los deseadenses podrá convertirse en realidad y Puerto Deseado pueda continuar con su crecimiento turístico e industrial a partir de sentir el temblor de las vías y el silbato de un tren que vuelve para siempre…
Quienes deseen interiorizarse aún más sobre el trabajo profesional de Juan Pablo Pereda, pueden visitar su sitio web: www.pereda.com.ar
Fuente: Rio Deseado
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