domingo, 12 de agosto de 2012

El cierre de ramales ferroviarios profundizó el éxodo rural


Eran localidades que antes tenían movimiento comercial y mucho futuro en torno al ferrocarril, pero terminaron siendo pueblos fantasmas. Estaciones como las de Cuchilla Redonda y Palavecino se transformaron en taperas. “Ramal que para, ramal que se cierra”.



Por Fabián Miró
El Ferrocarril tuvo su tiempo de esplendor hasta fines de la década del sesenta. Fue una vía de comunicación vital para el crecimiento y desarrollo de los pueblos, localidades, colonias del interior del país. Hoy los edificios de las estaciones ferroviarios presentan un estado total de abandono y en el caso de Pastor Britos no quedan siquiera los cimientos de lo que fuera una Estación. En Palavecino, el monte tapó las vías férreas y la parte edilicia.

En el caso de Cuchilla Redonda, un galpón fue desarmado íntegramente y parte de piso se usa para calefaccionar casas de algunos lugareños y en lo que fuera la Estación de Escriña apenas se divisa lo que queda del edificio, tapado por la vegetación.
La línea Gualeguaychú – Basavilbasso fue construida por el gobierno entrerriano con arquitectura inglesa, sólidas con buenas paredes, pisos y techos, sobreviviendo al cierre de ramales que tuvo su toque de gracia en los noventa (Presidencia del Dr Menem) estaciones como las de Urdinarrain, Larroque, Gualeguaychú, Gilbert, que hoy cumplen otras funciones

Las Estaciones
Atendían el servicio de cargas y pasajeros. Máxime en zonas en donde los caminos eran una huella. Esto hasta la década del 40 y en el caso de inundaciones, como en el año 66, la única vía de comunicación era a través del ferrocarril con Buenos Aires.
Cuando se ponen en funcionamiento las estaciones en 1890, cumplieron las funciones de estafetas de correo y en lo lugares muy chicos, los Jefes de Estación hasta las décadas del 30 y 40 hacían las veces de estafeta. Fueron vitales para el desarrollo de pueblos y colonias, punto obligado de reunión de los lugareños.
En Palavecino (zona rural cercana a Gualeguaychú) trabajaban un jefe y su auxiliar, además de las cuadrillas. Era un trabajo que demandaba atención las 24 horas. En Holt se encontraba una cuadrilla permanente, al igual que en  tantas otras estaciones. El ferrocarril resultó fundamental para el desarrollo del país productivo. En Almada, Parera, Cuchilla Redonda, Gilbert, Urdinarrain, Larroque, el mismo Gualeguaychú, la comercialización pasaba por el tren. Los cargamentos de hacienda llegaban desde Corrientes, caso contrario lo hacían por arreo, las bolsas con la producción de cereal salían con destino a puerto, como así también llegaban a Gualeguaychú procedente del interior del departamento cargas con destino a Molinos ubicados en derredor de la estación.
El Ferrocarril le dio vida a la Argentina, definiendo un estilo de vida, basado en el tren que fuera sinónimo de trabajo, vida y esperanzas. La ausencia del mismo dejó al país, sin una de sus principales vías de comunicación, perjudicando notoriamente la economía de la campaña. Alguien dijo que “los pueblos mueren, cuando el ferrocarril se ausenta de ellos” y razones no le faltan, basta con recorrer el mapa argentino y ver como lentamente agonizan pequeños poblados en donde el tren dejó de pasar.

Microeconomía
En las estaciones se contruyeron galpones en donde las empresas  agropecuarias acopiaban el cereal,  también corrales en donde se embretaba el ganado para ser trasladado a su lugar de destino y un trazado en las ciudades con puerto para llegar hasta el mismo, como en Gualeguaychú.
La desaparición del Ferrocarril, provocó que pueblos chacareros se fueran transformando lentamente en pueblos fantasmas o simples caseríos. Localidades rurales que llegaron a tener 500 habitantes, apenas superan el centenar, emigrando los jóvenes en búsqueda de un mejor porvenir. En mejores tiempos, cuando el tren surcaba el país interior abundaba el trabajo en forma directa o indirecta con el ferrocarril, algo que hace un buen tiempo se perdió.

Servicio social

El tren prestó un servicio social pocas veces reconocido. Los habitantes de Holt que todavía bregan por un camino digno, podían optar por viajar a Gualeguay o Zárate, hacer las comprar o algún trámite en el día.  Los habitantes de pueblos y localidades de la campaña lo mismo.

Fuente: El Dia

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