sábado, 9 de junio de 2012

Túneles para ordenar el caos en Retiro

El gobierno de Macri anunció los alcances de una megaobra en las calles y avenidas aledañas a las estaciones de ferrocarril Si prospera un ambicioso proyecto del gobierno porteño, que tiene un costo de 70 millones de dólares, en los próximos años cambiará totalmente la fisonomía de los alrededores de la terminal de Retiro. Con el objetivo de reordenar el tránsito y brindar alternativas más cómodas para enlazar distintos medios de transporte, el eje de la propuesta es la construcción de un túnel -mitad a cielo abierto y mitad cerrado- que recogerá el tránsito de colectivos desde la avenida Ramos Mejía hacia Leandro Alem y que tendrá conexiones bajo tierra con los subtes C y E y con el ferrocarril. Ese túnel, que tendrá casi 1000 metros de largo, se complementará con otro para los autos provenientes del Norte que, desde Libertador, doblen a la izquierda hacia San Martín, frente al Sheraton. Actualmente, ese giro lo habilita una rampa con semáforo. Mediante la construcción de ambos ductos, explicó ayer el ministro de Desarrollo Urbano porteño, Daniel Chain, se pretende disminuir la cantidad de tráfico vehicular que circula por la superficie, para evitar los habituales embotellamientos que sufre la zona de Retiro. La obra costará aproximadamente 70 millones de dólares y, antes de ser licitada, será sometida a la opinión de los ciudadanos en audiencia pública el 14 de mayo. Una vez adjudicada, el plazo de ejecución será de 30 meses. Si durante el proceso no existieran objeciones ni impugnaciones, en cinco meses desde el llamado a licitación podrían comenzar los trabajos, o sea, en el tercer trimestre del año. Según datos oficiales, el cambio beneficiará a los 632.000 pasajeros que, en distintas modalidades, pasan cada día por Ramos Mejía y Libertador y a los 477.000 que lo hacen por San Martín y Madero. ¿Cómo? Mediante una reducción en los tiempos de viaje que, para los colectivos, será del 34% en promedio y, para el tránsito liviano, del 20%. Los camiones también tardarán menos, según las previsiones, pues se les prohibirá el paso por el tramo de San Martín entre la avenida Antártida Argentina y Eduardo Madero, pues en esas cuadras de San Martín se instalarán nuevas dársenas de colectivos. Para el desplazamiento del tránsito pesado, se construirá un cruce a nivel sobre la parrilla ferroviaria del Belgrano Cargas detrás del sector de Catalinas. Esas dársenas nuevas que se colocarán sobre San Martín tienen la misión de contener las paradas que, según se prevé, serán eliminadas, en las calles Gilardi y Martínez Zuviría, tendidas hoy entre las plazas Fuerza Aérea Argentina (la que contiene la Torre de los Ingleses), Salvador María del Carril y Canadá (cercana a la terminal de ómnibus), desde San Martín hacia Ramos Mejía. Esas calles se cerrarán para permitir la unión de las tres plazas en un gran espacio verde. Visualmente, además de la consolidación de este pulmón verde, el mayor cambio se advertirá sobre Ramos Mejía. La mitad de la calzada sobre la que balconean las terminales ferroviarias del Mitre, el Belgrano Norte y el San Martín quedará a nivel; por ella circularán autos y taxis, así como los colectivos que desde allí doblan a la derecha por Libertador o suben por Juncal. La otra mitad, sobre la vereda de las plazas, será socavada y convertida en una trinchera de 525 metros de largo con dársenas y refugios subterráneos, de uso exclusivo para los colectivos que salen desde allí a la izquierda hacia Alem. El túnel a cielo abierto quedará en el mismo nivel de la línea C de subtes, con la que tendrá conexión, y por encima de la prolongación de la línea E, aún en ejecución. Para descender, los pasajeros dispondrán de escaleras y, para cruzar sobre ella rumbo al tren, de cuatro puentes peatonales. La trinchera se convertirá luego en un túnel cerrado de 470 metros de largo que pasará bajo la plaza San Martín y tendrá la salida sobre Alem, cerca de la calle Rojas.

Fuente: La Nacion

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