A partir de allí, el gobierno afianzó su vínculo con TBA y con las demás empresas del sector, entre ellas Ferrovías y Metrovías, las otras compañías del sector ferroviario metropolitano que a partir de hoy quedarán a cargo de la explotación de las líneas Sarmiento y mitre a través de una unidad de gestión. Hasta hace tres meses, el vínculo fue siempre estrecho entre la Casa Rosada y los hermanos Cirigliano, incluso después de varios escándalos que involucraron a los titulares de TBA. Se supo, incluso, que tras la tragedia de Once el propio presidente de la compañía le hizo llegar a la Presidenta que estaba a su disposición, según contó un allegado al círculo presidencial a LA NACION. Desde entonces, algo se quebró. Inmediatamente después del choque que dejó 51 muertos y más de 700 heridos, el Gobierno intervino la empresa y designó como responsable a Raúl Baridó para que se haga responsable. En el marco de la investigación, el juez Bonadio citó a declarar al presidente de TBA, Carlo Michele Ferrari, quien negó su responsabilidad en la tragedia y aseguró que al momento del accidente su trabajo en la empresa era "protocolar". Ferrari fue el primero de 30 sospechos que declaró. El magistrado también citó a los ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, y a Claudio Cirigliano, dueño de TBA. LA ÚLTIMA DEFENSA En la última medida dentro de su estrategia de defensa tras el incidente de febrero, TBA manifestó el lunes pasado que la tragedia de Once ocurrió porque el maquinista Marcos Córdoba no frenó, sino también porque el motorman había bebido alcohol y estuvo inconsciente en los últimos segundos antes de chocar..
Fuente: La Nacion
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