sábado, 26 de mayo de 2012

El sistema que viene después de TBA


La unidad de gestión entre Ferrovías y Metrovías representa una solución parcial frente a las deficiencias estructurales. A diferencia de una privatización, el esquema dispuesto habilita una mayor capacidad de control y gestión por parte del Estado.

Después de la rescisión del contrato de concesión de Trenes de Buenos Aires (TBA), las empresas privadas Ferrovías y Metrovías tomaron posesión del gerenciamiento de los ramales Mitre y Sarmiento. La unidad de gestión entre los dos concesionarios de trenes metropolitanos representa una solución intermedia a las deficiencias estructurales del sistema ferroviario nacional. El nuevo escenario, reconocen en el Ministerio de Planificación Federal, permitirá mejorar el precario e inseguro servicio que hasta ayer estaba a cargo de grupo Cirigliano. Destacan que, a diferencia de una privatización, el esquema dispuesto habilita una mayor capacidad de control y gestión estatal sobre el mantenimiento, inversiones y calidad del servicio mientras se avanza en una solución de fondo. Un informe de la CNRT, al que accedió Página/12, advierte que si bien la calidad del servicio no es la deseada, ese sistema permitió en los ramales San Martín, Roca y Belgrano Sur aumentar significativamente la cantidad de pasajeros y mejorar la regularidad del servicio.

La convocatoria a los concesionarios Ferrovías del Grupo Emepa y Metrovías del Grupo Roggio para conformar una empresa que opera por “cuenta y orden del Estado” es el mismo instrumento utilizado en 2005 y 2007 para garantizar el funcionamiento de los servicios del San Martín, General Roca y Belgrano Sur, a cargo de la firma Metropolitano. En esa ocasión, se creó la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia (Ugofe). Las compañías Ferrovías, Metrovías y la misma TBA son las responsables de esa empresa, aunque la próxima semana la firma de la familia Cirigliano será desplazada.

El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, sostuvo que, si bien el servicio prestado por la Ugofe no es el deseado, se registraron mejoras en la calidad operativa. Los datos de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte a los que accedió este diario muestran que, a diferencia del comportamiento de las concesionarias en sus ramales, los cambios posibilitaron trasladar más pasajeros con más regularidad y se realizaron inversiones de mantenimiento necesarias que eran ignoradas por las privatizaciones.

En marzo de 2005, tres meses después del desplazamiento de Metropolitano de Sergio Taselli por faltas “graves y reiteradas”, el ramal que va de Pilar a Retiro transportó 2,7 millones de pasajeros. Las cifras de la CNRT muestran que durante el mismo mes entre 2008 y 2012, la cantidad de usuarios superaron los 4 millones de personas. “Ese escenario es impensable si no se mejora la regularidad del servicio, la disponibilidad de locomotoras, las señalizaciones y las vías. Las condiciones del San Martín no son las mejores, se viaja mal, pero el sistema permite transportar más pasajeros con mayor seguridad. Algo parecido se viene observando en el Roca y también en el Belgrano Sur”, argumentaron en la Secretaría de Transporte a Página/12. De Vido consideró que, en un plazo de 2 años, esperan “repuntar” entre 25 y 30 por ciento las condiciones del servicio del Sarmiento, que conectan Once con Moreno, y del Mitre, que unen Tigre con Retiro y José León Suárez con Retiro.

La unidad de gestión es una fórmula transitoria para asegurar la provisión del servicio que, a diferencia de una concesión, permite un seguimiento de las inversiones, dirigidas por el Estado, y de los gastos operativos de las empresas. Los “gastos mensuales de explotación” están preestablecidos. Entre los ferrocarriles Roca, San Martín y Belgrano Sur, el monto asciende, desde 2009, hasta los 108,5 millones de pesos. Las empresas reciben un pago del 6 por ciento de esos recursos. Por su parte, los ingresos por venta de pasajes y otras actividades son depositados en otra cuenta y sólo pueden ser utilizados, previa autorización de Transporte, para la ejecución de obras. Si bien los cuadros jerárquicos de la Ugofe habían sido nombrados por los Cirigliano, el esquema dispuesto crea un cargo de coordinador designado por el Estado que puede seguir de cerca los movimientos de las empresas privadas.

Más allá de los avances relativos registrados a lo largo de los ocho años de gerenciamiento conjunto entre los grupos Roggio, Emepa y Cirigliano, los trabajadores que no forman parte de los sindicatos Unión Ferroviaria y La Fraternidad enfatizan el rol de la Ugofe y esos gremios en el establecimiento de una amplia plantilla de trabajadores tercerizados.

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