lunes, 3 de enero de 2011

La falta de ventilación en el subte, una deuda con los usuarios que ya supera la década

Pese a que Metrovías había asegurado que hacia 2003 toda la red tendría su sistema de aireación, son pocas las estaciones que hoy cuentan con dispositivos instalados.

Abanicos improvisados con hojas de diario y folletos repartidos en la vía pública, botellitas que se consumen tan rápido que no llegan a paliar la sed y buscar espacios considerables en los andenes para evitar el apretujamiento, son algunas de las estrategias que los usuarios del subte ponen en práctica a la hora de enfrentar el calor extremo que se vive bajo tierra.
La necesidad sobreviene cada verano entre los viajeros de este medio de transporte que, con máximas superiores a los 30 grados, piden renovar el sistema de refrigeración que actualmente ofrece el servicio. El reclamo llegó, incluso, a la red social Facebook, de la mano del grupo "Aire acondicionado en el subte YA", un espacio desde el cual exigen "dejar de viajar como ganado sudado".
La demanda por las altas temperaturas, uno de los puntos flacos del subte (según los resultados de una encuesta realizada en 2003 por la Defensoría del Pueblo de la ciudad de Buenos Aires), intentó ser absorbida hace más de una década por el programa "Aire fresco". Se trataba de una iniciativa que lanzó la concesionaria Metrovías en 1999 y que consistía precisamente en instalar tomas de ventilación en las estaciones para inyectar aire fresco en los andenes y vestíbulos y poder minimizar las diferencias de temperatura entre el interior y el exterior. Una segunda etapa incluía la colocación de aire acondicionado en los vagones, como sucede en varias ciudades del mundo.

Sin embargo, el proyecto, que debía estar finalizado en 2003 -de acuerdo con estimaciones realizadas por la empresa en ese entonces-, terminó por brindar alivio a un pequeño porcentaje de pasajeros.

En diciembre de 2001, se inauguró el primer dispositivo de ventilación forzada en la estación Tribunales, de la línea D. Casi un mes después, comenzaron a soplar nuevos vientos en la estación Pasteur, de la B. Con los años, se incorporaron otros sistemas de aireación de diversa magnitud y tecnología en las estaciones Puan y Carabobo, de la A; Callao, Facultad de Medicina, Bulnes, Scalabrini Ortiz, Carranza, Olleros, José Hernández y Congreso de Tucumán, de la D; y Uruguay, Callao, Tronador y Los Incas, de la B. En tanto, la línea H fue construida de cero con una sala de ventilación forzada.
El resto del servicio todavía aguarda con impaciencia la concreción de ese plan de mejoras.

¿En qué estado se encuentra el proyecto original? ¿Existen otros planes a corto plazo para refrigerar el resto de la red?

Mapa de situación. "El subte está lleno de sistemas de ventilación forzada en muchas estaciones", advirtió a lanacion.com la vocera de Metrovías, Lucila Maldonado, al ser consultada sobre el calor intenso que azota la ciudad y los efectos de movilizarse en subte. "Tenemos sistemas modernos en algunas estaciones y otros más sencillos que fuimos incorporando durante los últimos 17 años, para poder instalar más adelante aire acondicionado en los trenes", añadió.
Tras recordar cuáles son las estaciones que al día de hoy poseen refrigeración, hizo hincapié en las trabas que encontró la iniciativa del 99. Entre ellas, la crisis de 2001, que obligó a la empresa prestataria a tener que adoptar nuevos rumbos en materia de política ferroviaria.
"La crisis económica de 2001 llevó a suspender gran cantidad de obras, entre ellas, la del programa «Aire fresco», y a priorizar los planes de seguridad operativa, como la renovación de las vías de la línea D y la señalización de ese servicio, por encima de los relacionados con el confort", reconoció.
Si bien el problema del calor llegó a integrar el listado de obras de inversión que la compañía tenía previsto cubrir durante 2010, luego volvió a quedar postergada cuando se decidió avanzar en pos de las obras mencionadas.

El agobio bajo tierra. Mientras tanto, el calor intenso que surge de la tracción electromecánica de los vagones se combina por estos días con la gran cantidad de gente que utiliza el servicio. La ausencia de ventilación genera, además, tener que soportar en pleno verano temperaturas superiores a las que se registran en la superficie.

Así lo describió Enrique Cecinini, ingeniero experto en la instalación de equipos de refrigeración: "El subte corre entre 10 y 8 metros de profundidad. Allí, debajo, la temperatura es inferior a la del exterior. Se comporta más o menos estable y se ubica en unos 15 grados, aproximadamente. Pero la misma maquinaria produce calor, y ese calor, combinado con el que disipan las personas, queda concentrado bajo tierra. Así las cosas se vuelve necesario extraerlo, para poder mantener una temperatura similar a la del exterior y no agravarla".

Y agregó: "Con el sistema de ventilación forzada, se logra mover un gran caudal de aire, que después es empujado por el propio subte. Los coches, con su movimiento, lo van corriendo de estación en estación y se consigue bajar unos tres grados la temperatura de las estaciones".

En líneas generales, el proceso consiste en inyectar y extraer aire en estaciones y túneles mediante la utilización de grandes ventiladores industriales, y regular su funcionamiento por sensores inteligentes y computadoras, de acuerdo con las horas del día, la temperatura, la cantidad de pasajeros y la frecuencia de los trenes.
Ocurre que actualmente el proyecto cuesta bastante más de lo que inicialmente se había presupuestado. Maldonado enfatizó que cuando se ideó este proceso la compañía partió de una inversión de 30 millones de dólares destinada a mejorar las cinco líneas de subte. "Hoy, con un país que dejó de ser dolarizado, ese mismo proyecto se encuentra por arriba de los 100 millones de pesos, un costo difícil de absorber", evaluó.

Por otro lado, Cecinini aclaró que para paliar temporalmente el agobio resulta útil disponer de ventiladores en los andenes (alrededor de 600 en toda la red, según cifras oficiales) porque contribuyen a evaporar la transpiración, pero advirtió que no son herramientas que logran "disminuir realmente la temperatura del cuerpo", por lo que contar con una buena refrigeración se vuelve esencial.
¿Qué hacer mientras tanto? ¿Hay recaudos adicionales que tomar? Especialistas en el área de emergencias médicas y prevención, como Alberto Crescenti, titular del SAME, y Luis Crovetto, director provincial de Medicina Preventiva del Ministerio de Salud bonaerense, coincidieron en señalar que no existen recomendaciones puntuales para contrarrestar los efectos del verano bajo tierra, fuera de las sugerencias dadas para evitar los golpes de calor.

Además de estar bien hidratados y no perder la calma mientras se viaja, recomendaron, siempre que sea posible, evitar movilizarse entre las 11 y las 17 o buscar hacerlo cuando haya menos público para ganar confort. Y apuntaron que, en caso de producirse alguna emergencia, es fundamental llevar a la persona descompensada a un lugar fresco y con mayor oxigenación, ofrecerle líquido, alivianarle la ropa, mojarle la cabeza y el cuerpo y no suministrarle ninguna medicación, mientras se llama al servicio de urgencias para que la asista

Fuente: La nacion

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