“Pasan los años y las cosas empeoran”, fue lo que señaló una vecina que día a día toma el tren en la estación Juan XXIII, que aún no tiene una terminal para esperar a la formación. En este marco, los usuarios que deben abordar el ferrocarril aseguraron que deben aguardar “bajo un puente, sin seguridad ni tampoco iluminación" y que "además pasan los días y, lo que debería ser un estación de trenes, se está convirtiendo en un basural”.

“Es necesario que se tome alguna medida porque no es sólo el pedido de una terminal de trenes sino de seguridad”, aseguró María Cristina, ante la consulta de este medio.
En este marco, los vecinos afirmaron que están “cansados de reclamar y no tener respuestas”.
“Todos los días debemos buscar cobijo bajo un puente que se encuentra en pésimas condiciones y ante la llegada del tren tenemos que ‘saltar’ hacia la formación, porque no existe ninguna plataforma”, confirmó Carlos Cáceres, un usuario del tren.
Los vecinos y los usuarios se sienten en una situación de “exclusión” y creen que “no es posible seguir viajando de esa manera porque cada vez es mayor el peligro”.
Por otra parte, todos los que esperan el tren en esa parada tienen que soportar el mal olor de las bolsas de residuos ya que allí se acumula todo tipo de desperdicios.
“Lo que reclamamos es por la falta de iluminación y seguridad porque los robos en la zona son muy habituales y nadie nos ampara”, aseguró otra vecina ante la consulta de este medio.
En tanto, otro de los problemas que deben afrontar los pasajeros son las demoras que tiene la línea, que atraviesa las estaciones Temperley, Hospital Español, Santa Catalina, Juan XXIII y Kilómetro 34; Kilómetro 33, De Elía, Tablada 29, San Justo y Haedo.
“Otra cosa que tenemos que resaltar es que es una ironía lo que están haciendo, hace unos meses vinieron a pintar los cordones y así como vinieron se fueron, la pregunta es, ¿por qué en vez de pintar los cordones hacen el trabajo que tienen que hacer?”, reclamó Laura Fernández mientras cruzaba la vía.
Asimismo, dos jóvenes que pasaban en bicicleta afirmaron que siempre que tienen que cruzar temen porque el tren pasa muy rápido y dependen de sus propios reflejos”.
“Pareciera que a nadie le importa que tengamos que ir a trabajar o llegar a nuestras casas porque se manejan con total impunidad y hacen lo que quieren con los recorridos. Muchos de nuestros problemas se solucionarían con la existencia de una Terminal y que respetaran las frecuencias”, concluyeron los jóvenes.
Fuente: Inforegion
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