miércoles, 10 de marzo de 2010

10 de marzo.

Hoy recordemos que es 10 de Marzo y quisiera compartir un poco lo que pasó en estos 17 años. Para quienes aún lo desconocen. Un día como hoy en el año 1993 el gobierno de Carlos Saúl Menem, junto con Domingo Cavallo dieron el golpe final de un proceso que ya había comenzado años antes, que culminó con la extinción de la empresa estatal Ferrocarriles Argentinos.
Ya en ese año esta empresa solo se dedicaba a correr únicamente trenes de pasajeros, ya que las vías, estaciones y el resto de la infraestructura habían sido entregados a manos de los concesionarios de carga privados.
Previamente, en el 92 ya se habían suprimido varios servicios, estableciendo un diagrama de emergencia que constaba de un tren diario en cada corredor solo con clases primera y turista.
En esa fecha nefasta del 93 se suprimieron todos los servicios. Se decretó que cada provincia tendría el control de los trenes en su territorio, dándole una partida del material ferroviario a cada una para que hagan "lo que quieran" con él.
Por un lado, Buenos Aires se hizo cargo de algunos servicios provinciales creandose la UEPFP (Hoy Ferrobaires), principalmente los de la costa que son los màs rentables. También otras provincias como La Pampa, Río Negro, Chaco, Córdoba y Tucumán eligieron correr trenes. Cabe decir que Chaco arrancó más tarde con sus servicios, Còrdoba y digamos que Tucumán también, tuvieron intentos fallidos hasta la llegada de Ferrocentral en 2004, el tren patagónico todavía agoniza y la excusa de La Pampa fueron las inundaciones que hoy ya no están, igual que sus trenes...
Por otro lado las empresas de carga tuvieron siempre la obligación por contrato de mantener la infraestructura tal cual la recibió del Estado para una futura reimplantación de los servicios. Como es de esperarse esto nunca se hizo, el sistema de señales fue desmantelado y las cuadrillas de revisión y mantenimiento constante de la vía fueron eliminadas, debido a que los trenes de carga no reclaman velocidad.
El dejarse estar tanto con lo de la infraestructura como con el material ferroviario disperso por todo el país nos llevó a un estado de abandono que en algunos casos roza lo irreversible.
Con la asunción del gobierno de Néstor Kirchner las cosas cambiaron un poco. De movida se firmó un decreto en que el Estado reasume el control de los trenes de todo el país, es decir que ya no serían provinciales sino Nacionales, aunque en la práctica no se cumple siempre (ejemplo Ferrobaires).
Por otro lado comenzó una política de reactivación ferroviaria (independientemente de los intereses que haya de por medio y de lo torpemente que se hagan las cosas) que devolvió al ruedo algunos servicios, ajustados obviamente al estado paupérrimo de la infraestructura actual.
De aquí en más ya es un deber de todos nosotros, si queremos que las cosas cambien, pasajeros, ferroviarios, dirigentes y políticos. Todos debemos hacer un esfuerzo, cada uno desde el lugar que tiene, para que se cumpla esto, para poder revertir aquel hecho nefasto de la época de Neustadt y Doña Rosa que imponía lo del millón de pesos por día y de que los ferroviarios eran todos vagos y borrachos.
Cada oportunidad de correr un tren es una puerta para este cambio. No es fácil, no será de un día para otro, podra tomar años, pero no hay que desesperanzarse, ni bajar los brazos.
Por eso, en este 10 de marzo, NI UN PASO ATRÁS.



Texto: Claudio Fernandez

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