viernes, 27 de marzo de 2009

Subterráneos, de nuevo postergados

Muchísimas expectativas de potenciales usuarios se verán frustradas tras el anuncio de que apenas quedan unos sesenta millones de pesos para llevar adelante este año los trabajos requeridos para la prolongación de nuestra red de subterráneos.

Quienes confiaban en mejorar su calidad de vida mediante la disponibilidad de tan insustituible medio de transporte deberán resignarse a seguir sometidos a las múltiples molestias que a diario les depara el hecho de ser cautivos forzosos de otros servicios de transporte de pasajeros. Durante su campaña electoral, el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, había prometido que durante su mandato serían construidos 40 kilómetros de subterráneos. No hay motivo alguno para dudar de la buena fe de ese anticipo, pero bien es sabido que las buenas intenciones requieren respaldo material para poder concretarlas. Además, era imposible prever en su justa medida la enorme magnitud que habría de tener el descalabro financiero que tiene al mundo entero a maltraer.
De acuerdo con el presupuesto para el año actual, a la prolongación del subte le fueron asignados alrededor de 440 millones de pesos, que tornarían factible el alargue de la línea A hasta Rivadavia y Nazca, pasando por el corazón de Flores; la extensión de la línea B hasta la terminal Juan Manuel de Rosas, en Villa Urquiza, y la continuación de la novísima línea H hasta Corrientes y Pueyrredón.
La necesidad de recortar partidas hizo que de esa suma quedasen disponibles apenas 120 millones, de los cuales ya fueron ejecutados 60. Con el resto, se informó, podrá ser encarado uno de esos proyectos; los dos restantes quedarían para mejor oportunidad. Esa situación no es novedosa para los porteños de cierta edad. A lo largo de mucho tiempo han visto prosperar y fracasar múltiples anuncios de dotar a Buenos Aires de una red de subterráneos equivalente a las de otras grandes urbes mundiales -Nueva York, París y Londres, por citar algún ejemplo- que han apostado a este medio de transporte confortable, seguro, veloz y poco contaminante. Desde el ya olvidado Plan Cóndor de las décadas del 50 y el 60 del siglo último hasta las aún recientes inconclusas propuestas de las administraciones de Aníbal Ibarra y Jorge Telerman, el catálogo de las postergaciones tendría considerable grosor. Es llamativo que, con casi un siglo de tránsito por las entrañas de una ciudad cuyo suelo es particularmente apto para disminuir el costo y las dificultades de las obras bajo tierra, nuestro subte haya progresado en proporción mucho menor que los avances registrados en lugares menos apropiados.

Para ser equitativos, es menester no omitir una observación no menos importante y que ha tenido gran influencia en la falta de financiación para poder prolongar los subterráneos.
Se trata de la manifiesta oposición de índole política ejercida por el gobierno nacional en perjuicio de la administración local. Según fuentes porteñas, los trabajos aquí comentados, junto con la segunda etapa de la extensión de la línea H, la prolongación de la línea E hasta Retiro y la construcción de las nuevas líneas F, G e I, demandarían 2500 millones de dólares, que podrían haber sido financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Pero la Nación nunca suscribió los certificados y avales requeridos para viabilizar ese crédito. Siendo como es la primera ciudad de América latina que, en 1913, dispuso del por entonces asombroso medio de transporte bajo tierra, Buenos Aires, ya sea por exceso de optimismo, por errores en los cálculos de gastos y recursos, por motivos exógenos -la crisis mundial- o por rivalidades políticas, seguirá careciendo de una red de subterráneos digna de su importancia. Sin duda, algo está fallando para que esto ocurra y perjudique a los varios millones de seres humanos que por aquí viven o transitan.

Fuente: Punta de Rieles

1 comentario:

  1. Indignante... Me acuerdo como si fuese ayer cuando en el debate televisivo prometió una y otra vez hacer 10km de subte por año, usando la maquinaria que según el iban a traer de Chile. Que el sistema de subtes era importantísimo y se encontraba colapsado, que era digno de los ciudadanos. A este tema le dio mucha importancia en sus discursos, nombrándolo una y otra vez y aca tenemos los hechos...
    sesenta millones de pesos?? Es un chiste

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