La medida de fuerza impulsada por los metrodelegados en reclamo de mejoras salariales y condiciones laborales afecta a unos 900 mil usuarios. A las 11.30, representantes de los trabajadores, la empresa y del Gobierno porteño volverán a reunirse para intentar destrabar el conflicto.
Quinto día sin subtes. Quinto día con largas colas en las paradas de colectivos. Quinto día de micros abarrotados y tránsito caótico. Quinto día de calles colapsadas y… sí, de malhumor. Mientras se aguarda una nueva reunión entre los representantes de los trabajadores de los subterráneos, de la empresa Metrovías y del Gobierno porteño para destrabar el conflicto, unos 900 mil pasajeros deben armarse de paciencia para viajar por la Ciudad.
Todavía no había aclarado, pero la estación de Constitución –que une el sur del Gran Buenos Aires con la Capital Federal- ya era un hervidero de gente. Es que el paro de subtes, el más largo desde 2004, obligó a muchos pasajeros a adelantar la salida de sus casas para poder llegar a sus trabajos a tiempo. Por eso, apenas pasadas las 7, en las paradas de colectivos que rodean esa terminal ferroviaria las colas para poder subir a los micros eran de una extensión –en algunos casos- superior a los 50 metros.
"Tuve que salir de casa a las 4 de la madrugada", contó resignada Isabel a Clarín.com mientras esperaba el colectivo. La protesta que los metrodelegados llevan adelante desde el sábado, para reclamar un aumento salarial del 28%, mejoras en las condiciones laborales y del servicio, la habían hecho madrugar más que de costumbre. "Sino, no llego a mi trabajo", explicó apurada mientras intentaba alcanzar el micro.
Lo prolongado del paro (desde el sábado que las seis líneas de subte y el Premetro están paralizadas) ya afectaba el humor de los usuarios que debían buscar otro medio de transporte para intentar llegar a destino.
Fuente: Clarin
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