martes, 22 de mayo de 2012

Según TBA, el maquinista estaba "inconsciente"


Para un médico de la empresa, el motorman tuvo "sueño blanco" provocado por una "resaca"


En una nueva estrategia de defensa, TBA -empresa concesionaria del ferrocarril Sarmiento- aseguró ante la Justicia que el accidente ferroviario donde murieron 51 personas el 22 de febrero en Once no sólo ocurrió porque el maquinista Marcos Córdoba no frenó, sino también porque el motorman había bebido alcohol y estuvo inconsciente en los últimos segundos antes de chocar.

TBA presentó el viernes pasado al juez federal Claudio Bonadio copia del sumario administrativo interno en el que se destaca el informe del coordinador médico del Servicio de Salud ocupacional de TBA, el médico legista Héctor Daniel Bello, al que accedió LA NACION.

El facultativo firmó un informe que concluye que Córdoba padeció un cuadro de "sueño blanco, que sumiéndolo por unos segundos en un estado de inconsciencia le imposibilitó el correcto desempeño y la aplicación de las normas de conducción para las que estaba capacitado".

La evidencia de que Córdoba padeció el "sueño blanco" -según el médico- es que durante 39 segundos el tren anduvo a la deriva antes de chocar, sin frenar ni acelerar, que en las lesiones que exhibió el motorman no se advierten señales de autoprotección al momento del choque y que conducía con el parasol bajo para evitar ser encandilado por el sol.

Dijo el médico Bello que Córdoba podía tener resaca y que eso, sumado a la monotonía sonora del tren, su inactividad en la cabina y la disminución de la luz en el habitáculo, pudo determinar el "sueño blanco". El médico habló de un efecto similar a una "canción de cuna" que provoca "somnolencia y adormecimiento".

Sin embargo, dos peritajes incorporados a la causa determinaron que el nivel de alcohol en la sangre de Córdoba, medido dos horas después del accidente, fue cero. Y así lo declaró bajo juramento el bioquímico Carlos Gandini.

No obstante, el médico Bello cuestionó esos resultados. Dijo que el segundo análisis se realizó cuando ya el cuerpo había metabolizado el eventual alcohol que pudiera haber ingerido el maquinista.

Y con respecto al primer dosaje, explicó que se realizó con un aparato cuyo umbral de sensibilidad es de 0,13 mg/dl, y el protocolo determina que si es medido un valor menor es informado como cero. Bello opinó que el bioquímico Gandini estaba equivocado cuando dijo que el maquinista tenía cero alcohol en sangre, pues podría haber tenido hasta 0,13mg/dl, aseguró.

Basándose en esa cifra hizo cálculos mediante los cuales dedujo que a la hora en que Córdoba tomó el servicio debía tener entre 0,46g/l y 0,65g/l de alcohol en sangre y al momento del accidente entre 0,36 g/l y 0,50g/l. Este último es el límite legal para conducir un auto. En los conductores profesionales siempre debe ser cero.

Con estas deducciones es que el médico llega a la conclusión de que Córdoba estaba alcoholizado, que no había dormido lo suficiente y que sufrió el "sueño blanco".

En este sentido, el viernes y ayer fueron indagados por el juez Bonadio más directores de TBA acusados de ser responsables del accidente. Guillermo D'Abenigno y Gustavo Martín Zeni Jaunsaras presentaron ayer escritos al juez y no respondieron preguntas. D'Abenigno, gerente de Tecnología, afirmó que la cantidad de pasajeros en el tren "no excedía las recomendaciones del fabricante" y que la incidencia de la infraestructura (vías coches, señales) en el accidente "ha sido nula".

Zeni Jaunsaras, por su parte, argumentó que como director suplente de TBA designado en 2010, nunca asumió la titularidad del cargo..

Fuente: La Nacion

No hay comentarios:

Publicar un comentario