jueves, 24 de mayo de 2012

El decreto le echa la culpa a la dictadura, los 90 y TBA, y elogia lo hecho desde 2003

El decreto que le quita las concesiones de los ramales Sarmiento y Mitre a la empresa TBA sostiene que la recesión "opera por culpa exclusiva de la concesionaria en virtud de sus graves y reiterados incumplimientos". También resalta que la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) objetó las gestiones del grupo empresario en 2009, 2010 y 2011. Y mientras cuestiona las políticas de los '90 y de los últimos años de la dictadura, elogia las que se siguieron desde 2003. El decreto, que se publicará la semana que viene en el Boletín Oficial, plantea que la CNRT remitió un informe sobre la situación de TBA en febrero de este año y agrega que el actual interventor, que designó el Gobierno en la compañía, "acreditó el deficiente estado de conservación y mantenimiento del material rodante, del mantenimiento de la infraestructura ferroviaria y de las condiciones de prestación del servicio". "(Estas) conclusiones resultan coincidentes con las actuaciones llevadas a cabo por la CNRT", añade el decreto. La nueva norma describe la evolución del sistema ferroviario desde 1947 hasta la fecha. El decreto hace hincapié en la creación en 1948 de la empresa Ferrocarriles Argentinos y en las políticas llevadas a cabo durante el tercer mandato de Juan Domingo Perón. Luego afirma que "en el año 1982 se dio certificado de defunción a la industria ferroviaria, correspondiente a dicho hito el último riel cocido en la fábrica argentina SOMISA". Y resalta el papel que tuvo la dictadura militar en el marco de la "profundización de la política liberal" que, dice, "llevó a la irremediable declinación del nivel de calidad en el servicio, contribuyendo a la caída de la demanda de pasajeros y de transporte de cargas, junto con un alto nivel de evasión". También responsabiliza a las políticas que se llevaron adelante durante la década del 90 en el marco de la privatización de los ferrocarriles metropolitanos de pasajeros y de cargas. "La política pública inspirada en el neoliberalismo de la época llevó al cierre de los talleres ferroviarios y a la reducción dramática de los recursos humanos, mediante retiros voluntarios y despidos, llevando a la paradoja de contratar un préstamo del Banco Mundial por 700 millones de dólares para el pago de indemnizaciones por despido", agrega. El estado del sistema ferroviario se convirtió en uno de los talones de Aquiles de la política kirchnerista y ya había recibido cientos de críticas, incluso antes de la tragedia en Once. A pesar del persistente mal estado de los trenes, el decreto resalta las medidas que llevó adelante en esta materia desde 2003. Entre otras, elogia la implementación del Proyecto de Transporte Urbano de Buenos Aires (PTUBA), las obras de soterramiento de la Línea Sarmiento, las obras para poner en funcionamiento los talleres ferroviarios de Remedios de Escalada, Belgrano Sur y San Martín, la puesta en servicio del Tren Talgo a Mar del Plata, la recuperación del ferrocarril Roca y San Martín, la reparación y mantenimiento de vagones y locomotoras del Belgrano Cargas. El decreto, que lleva la firma de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner; del jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, y del ministro de Planificación, Julio De Vido, también realiza un "relevamiento de los incidentes y actos de vandalismo en trenes desde el año 2003 hasta el año 2012". Fuente Clarin

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