Por Jesica Lezcano
Las agujas del reloj estaban por marcar los tres, abundaba oscuridad y el frío era el principal factor de todo el escenario. Los guardas ansiosos esperaban al lado del camino nuestro rápido arribo para poder iniciar el viaje. Un viaje que hace pocas semanas volvió a tener vida.
Bajamos corriendo, intentando esquivar el frío, y subimos un par de altos escalones que nos permitieron acomodarnos y respaldarnos del invierno que, a esas horas, cada vez se hacia sentir más. Con admiración y alegría observábamos cada detalle de este lugar tan acogedor.
Rápidamente el tren comenzó su marcha, la demora causada por el trayecto realizado desde Once ya sobrepasaba la tolerancia. Cada estación donde arribábamos era sombría, marcadas por veinte años de abandono que no resultan fáciles de recuperar, el trabajo recién comienza, la voluntad de cada pueblo es el motor de este proyecto”.
Esta fue una experiencia que compartimos cuatro amigos que, partiendo desde Buenos Aires, arribamos en la estación ferroviaria de Lincoln e iniciamos un viaje en tren con destino a Realicó, el nuevo trayecto que en el primer mes de julio dio la sorpresa a los seis pueblos que se cruzan a lo largo de los 237 Km. que separan estos dos puntos.
115 pasajeros a bordo, cada uno con uno destino distinto pero unidos por la misma emoción y felicidad de ser parte nuevamente de aquel transporte tan propio y autóctono de nuestro país.
Gracias a todos los que hicieron posible que este sueño se convierta en realidad y gracias a los que siguen luchando para que los distintos puntos de nuestro país puedan ser conectados por este hermoso transporte, el tren.
No hay comentarios:
Publicar un comentario