viernes, 8 de abril de 2011
Viajar desde el Oeste es cada vez más complicado
El viaje diario desde el Oeste hasta el lugar de trabajo se está transformando en una pesadilla para miles de vecinos, que comprueban día a día como lo que tendría que ser un simple trámite se convierte en algo más complicado que la labor que desempeñan.
El problema es mayor cuanto más lejos se vive de la Capital Federal, y en consecuencia, los mayores padecimientos en la región los sufren quienes viven en Ituzaingó. Pero también los que viven en Morón y Hurlingham.
Trasladarse desde Ituzaingó, por ejemplo, hasta el centro capitalino a primera hora de la mañana, se asemeja a una carrera de obstáculos, independientemente del medio que se elija.
El transporte masivo -colectivos y trenes- aparecen saturados, y con prestaciones similares a las de una década atrás, cuando como consecuencia de la crisis había disminuido sensiblemente el número de pasajeros.
Complicaciones
Y al momento de utilizar el individual, el automóvil, la red troncal sin peaje, sigue siendo la misma. Y la Autopista del Oeste, que se había transformado en el acceso rápido a partir de la inauguración, el 2 de setiembre de 1998, del tramo entre avenida Vergara (Morón) y la avenida General Paz, ya no lo es.
Llegar en micro desde el Oeste a la Capital no es sencillo, y actualmente hay menos alternativas, paradójicamente, que 10 años atrás. Ocurre que por entonces, circulaba una línea emblemática, la 52, conocida como La Lujanera, ya que cubría el recorrido Once-Luján.
Del primitivo ramal por avenida Rivadavia, le sumó con el paso del tiempo otro por avenida Gaona, mientras estaba a cargo de Transportes Automotores Luján (TALSA). Posteriormente, a cargo del grupo Roggio, se transformó en Metrolíneas e incorporó servicios por la Autopista del Oeste, con ramales a Moreno -por Cruce Castelar- y al barrio Parque San Martín de Merlo, además de diferenciales, e incluso una prolongación a Retiro.
Pero la mejora no se extendió por mucho tiempo, y de la mano de la crisis de 2001, los servicios comenzaron a perder confiabilidad, y en abril de 2003 -hace ocho años- la línea 52 desapareció, y para sus usuarios de Ituzaingó, Morón, Hurlingham y Tres de Febrero, nada la reemplazó.
Hace unos años comenzó a circular un servicio por autopista entre Once y Luján de la línea 57, circulando rápido hasta La Reja, que sumó recientemente un ramal que termina en Moreno, sin paradas intermedias en la zona.
La otra alternativa es la línea 136, que llega sólo hasta Primera Junta, con paradas cada tres cuadras y que tiene su origen en Marcos Paz, a la que se suma en Morón la línea 163, procedente de San Miguel, que concluye también en Primera Junta. Ese era el destino de la línea 153, que terminó recortada en Liniers; en Morón se originan además las líneas 1 (hasta Primera Junta, con un tortuoso recorrido hasta Liniers) y 166 (hasta Palermo).
En cuanto a los trenes, los mayores inconvenientes son producto de los accidentes, a raíz de la abundancia de pasos a nivel, que se asegura serán eliminados con el “soterramiento”: la degradación del ferrocarril en una línea de subte con dos vías, a 20 metros de profundidad, con formaciones deteniéndose en todas las estaciones y la misma frecuencia que en la actualidad.
Pero también son producto de problemas técnicos, atribuidos a falta de mantenimiento: fogonazos a raíz de deficiencias en el tercer riel alimentador de electricidad, o en los patines que toman la energía, sistemas de frenos que quedan bloqueados, son algunas de las situaciones que generan atrasos o cancelaciones.
Fuente: Diario Popular
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