
Ángel Pereyra admitió haber vivido los últimos 18 años con muchas dificultades, "hice de todo menos robar para sobrevivir", y de inmediato recuerda que en el ’91 se quedó sin trabajo como le pasó a miles ferroviarios de todo el país, pero eso no le impide ver con optimismo el proyecto provincial para recuperar los ramales en Entre Ríos. "Hoy vuelvo a vivir", exclamó el hombre que luciendo orgulloso el típico traje marrón de guarda, una "especie en extinción", para las fotos.
Pereyra destacó que sus compañeros del Ferrotur Mesopotámico no sólo custodió el material que hoy se utiliza en el viaje de prueba organizado por la UEFER sino que "lo reparó e hizo funcionar, evitando terminara siendo depredado".
Fuente: Bassoenlared
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