viernes, 30 de octubre de 2009

29 Octubre 2009 Apenas ayer: Proyectos para la montaña.

Uno de los primeros veraneantes de Villa Nougués fue el animoso docente y pionero del deporte, don Agenor Albornoz (1875-1956). En el libro “En pos de maravillas”, que publicó en 1923, dedicó varias páginas a aquel paraje serrano. En ellas informa sobre dos proyectos que no pudieron realizarse.



Recordaba Albornoz que el ingeniero Luis F. Nougués (1871-1915), “cuya muerte afectó tanto al progreso de la villa”, se dio cuenta de que “la vialidad era el todo para Villa Nougués, y que habilitarle comunicaciones fáciles, baratas y recreativas, era la forma de impulsar su progreso”.
Con ese fin, narra, Nougués “estuvo a punto de sacar triunfante un funicular, en conexión con un tranvía rural que, partiendo de Tafí Viejo, debía terminar su recorrido en la Quebrada de Lules”. Entendía que “era la forma de descongestionar la ciudad en días domingos y feriados, y estimular, a la vez, el progreso de tres poblaciones veraniegas: Tafí Viejo, Yerba Buena y Villa Nougués”. Esto sin perjuicio de que, en el recorrido, “pudieran surgir nuevos núcleos de población al pie de la montaña y en la montaña misma”.
Agregaba que Nougués, “como coronamiento de este pensamiento feliz que ha de realizarse algún día, tenía el de un ferrocarril de montaña -para fomentar el turismo y el espíritu de recreo en las gentes- que arrancando de las lomas de la Quebrada de Lules rematara en los cerros de San Javier, frente a Tafí Viejo”. Pensaba que la obra podía costearse con el producto de la venta de lotes que donarían los propietarios a uno y otro lado de la vía, y que podrían servir para edificarse, o para destinarlos a “pequeños cultivos remuneradores”.

Fuente: La Gaceta

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