jueves, 13 de agosto de 2009

La recuperación de un símbolo

“Vamos a contaros una historia de cuando yo era más joven. Y los trenes eran animales mitológicos que simbolizaban la huida, la fuga, la vida, la libertad”, dijo alguna vez, en el marco de uno de sus recitales, el famoso cantautor Joaquín Sabina. En estas latitudes -y tal vez en una sintonía similar con la mirada romántica del español-, los trenes también llegaron a simbolizar muchas cosas, pero fundamentalmente un modelo de país orientado por una idea clara de desarrollo, asociada a la capacidad de trabajo. Herencia, probablemente, de los inmigrantes que llegaron a este país en el siglo pasado equipados únicamente con sus manos acostumbradas al trabajo duro y una firme convicción de que nada se conquista sin sudor. Bajo este tipo de premisas, la República Argentina contó un día con un ferrocarril en pleno funcionamiento, acorde a las necesidades de una Nación en crecimiento. Sin embargo, y tras un deterioro progresivo de años, las políticas de los años ‘90 fueron la estocada final para el servicio, y muchos pueblos del interior perdieron aquello que los identificó durante casi todo el siglo XX. Por eso, es muy valorable una reciente iniciativa en el departamento Castellanos, que consiste en la recuperación del ramal ferroviario que une la pequeña localidad de Ataliva con su vecina Rafaela. Efectivamente, la Asociación de Ferromodelistas y Amigos del Ferrocarril de la pujante ciudad del oeste ya arrancó con las tareas de limpieza y rehabilitación de este ramal con el firme objetivo de volver a crear un enlace entre ambas jurisdicciones que posibilite la circulación de trenes con fines turísticos y anexos. Dando de esta forma nueva vida a un pequeño fragmento de lo que, en otros tiempos no tan lejanos, fue un motor para el progreso de la zona.

Fuente: El Litoral

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