Desde el jueves, y de manera experimental, la ciudad de Córdoba cuenta con un tren urbano que cinco veces al día va y viene entre Rodríguez del Busto y la recuperada Estación Belgrano de Alta Córdoba. Desde arriba del ferrourbano, el pasajero se enfrenta con muchas escenas de una Córdoba que era inaccesible y que duele: la de las amplias extensiones de terrenos ferroviarios adonde se extendió la pobreza extrema. Pero la llegada del tren también trajo a la ciudad escenas de andenes, vagones y guardas que nunca se habían registrado a nivel urbano. Los 25 minutos de viaje aún no cuentan con paradas intermedias y la mayor parte de los pasos a nivel carecen de barreras semaforizadas. Hasta ahora, el servicio sigue siendo una promesa.
Fuente: La Voz
Estoy contento porque se refloten los servicios urbanos de pasajeros con coches motores livianos. Sólo espero que este servicio se lleve a cabo en forma regular y que no quede como una promesa electoral, porque el pueblo tiene memoria y no olvida. Por otro lado, comparto el sentimiento de los taficeños acerca de ver la pobreza desde arriba de un tren. Es la misma sensación que yo tengo cuando viajo en el Sarmiento y veo la pobreza que se junta alrededor de las vías, los otrora gloriosos talleres de Liniers y Haedo, ahora convertidos en depósitos de chatarra ferroviaria, o cuando viajo por el Roca y veo ese panorama desolador con decenas de vagones y locomotoras abandonados a la buena de Dios. ¿Se podrá revertir realmente esto? Sólo espero que todo lo que se haga sea en verdad en pos del ferrocarril y para la gente.
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