lunes, 18 de mayo de 2009

Las obras del tren Sarmiento se harán con plata de jubilaciones

Será un crédito por US$ 1.000 millones, a devolver en 15 años con 6,35% de interés.

Primero se ocupó de direccionar los fondos heredados de las ex AFJP hacia líneas de créditos para autos y otros bienes de consumo; y a la compra de Obligaciones Negociables (ON) de distintas empresas privadas. Y ahora la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS) está a un paso de financiar la primera obra pública de infraestructura que el Gobierno tiene en las gateras desde hace varios años.

Se trata del soterramiento de las vías urbanas del ferrocarril Sarmiento, un proyecto que fue anunciado en reiteradas ocasiones pero que hasta el momento no se pudo poner en marcha por falta de recursos.

Para reflotar la construcción del túnel que unirá las estaciones de Caballito y Ciudadela, la administración kirchnerista tuvo que diseñar una inusual ingeniería administrativa-financiera mediante la cual el organismo que dirige Amado Boudou le terminará prestando unos US$ 1.000 millones a la ADIF, la nueva empresa estatal de infraestructuras ferroviarias que preside Juan Pablo Schiavi.

Al igual que los proyectos que tiene en estudio para financiar la terminación de Atucha II y la construcción de nuevas centrales térmicas en Chaco, Santa Fe y Ensenada; el crédito que la ANSeS aportará para el soterramiento tendrá una tasa de interés inicial en dólares del 6,35% (la tasa londinense Libo más 5 puntos ). El plazo del préstamo sería a 15 años, con un período de gracia que podría llegar a cinco años.

Además de los compromisos de pago que asumirá del Gobierno, la financiación en juego para el Sarmiento prevé la constitución de un fondo fiduciario de garantía que incluirá los activos ferroviarios que la ADIF tiene en la Capital Federal y los flujos de ingresos de explotaciones comerciales.

Tras haber sido adjudicado a principios de 2008 al consorcio que integran las empresas locales Iecsa y Comsa, la brasileña Odebercht y la italiana Ghella, el proyecto del soterramiento quedó paralizado por el brusco aumento que tuvo el costo de la financiación que había arrimado el grupo constructor.

El mecanismo que definió el Gobierno para sacar adelante la megaobra ferroviaria se sustenta en los siguientes pasos que comenzarán a darse en los próximos días:

La nueva empresa estatal de infraestructura ferroviaria (ADIF) suscribirá un "contrato-programa" con la Secretaría de Transporte por el cual se hará cargo de la ejecución del contrato y del pago de la obra al grupo constructor.

La Secretaría, a su vez, se compromete a girar un canon por el uso de la nueva infraestructura y a cubrir -con fondos provenientes del SIFER, el fondo fiduciaro que se alimenta con el impuesto al gasoil- los desembolsos anuales que no pueda atender la ADIF con sus ingresos específicos.

Por su parte, el Ministerio de Planificación, que conduce Julio De Vido, autorizará a la ADIF a afectar los inmuebles ferroviarios que posee en la Capital al fondo fiduciario de garantía adicional que exige la ANSeS para liberar el crédito.

Por último, la ADIF cerrará la operación con la ANSeS con la firma del préstamo definitivo.

Con la concreción de este esquema de financiamiento, el Gobierno quiere generar un "leading case" para otras megaobras de infraestructura que arrastran demoras. En la lista se ubican la autopista Presidente Perón de San Fernando a La Plata, la electrificación de la línea Roca y, eventualmente, la primera etapa del "tren bala" entre Retiro y Rosario.

Fuente: Clarin

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