Arribando a mediados de este económicamente caótico año 2009 y ante la inminente realización de elecciones legislativas, sería propicio detenerse a analizar el funcionamiento del transporte ferroviario en los últimos años.
Mientras en la década del 90 se pregonaba y militaba por un liberalismo a ultranza que privatizaba empresas sin medir consecuencias ni analizar concienzudamente las funciones cumplidas por estas mas allá de lo estrictamente comercial y con los primeros años de la década del 2000 plagado de conflictos políticos, donde unos seudos Mesías acompañados por gran parte de la “corporación mediática Argentina” y su maquinaria propagandística iniciaban un camino que nos llevaría directamente hacia el ocaso; los finales del 2000 felizmente nos brindan nuevamente la posibilidad de reencauzar el curso de la historia.
Existe hoy entre otras empresas dependientes del estado, una empresa ferroviaria dependiente del Ministerio de Infraestructura de la Provincia de Buenos Aires que a pesar de la carencia de medios y la muchas veces falta de interés por parte del estado, cumple la loable tarea de unir gran parte de la geografía bonaerense, dignificando la labor del trabajador, de la familia ferroviaria y supliendo las carencias económicas con capacidad e ingenio. Ahora bien, mientras este sacrificio es solo valorado por la propia empresa y por los usuarios que se verían afectados notablemente en caso de que este servicio se vea interrumpido o modificado, el estado nacional inicia el proceso de transferencia de esta empresa provincial a manos de la recientemente creada por el gobierno nacional Sociedad Operadora Ferroviaria a cargo del ex diputado nacional y uno de quienes votaron por la afirmativa de la entrega del ferrocarril a manos privadas en los menemistas años 90, el salteño Marcelo López Arias.
Ante todo lo antes mencionado, vale interrogarse sobre si no sería conveniente, que la presidenta, en lugar de estas maniobras que parecerían solo tendientes a brindar trabajo bien remunerado a estos ahora estatistas y antes privatizadores, interviniera en las empresas privadas que están destruyendo el transporte público y humillando a los usuarios a pesar de recibir millonarios subsidios que serian de suma utilidad para la reparación, rehabilitación y reacondicionamiento de cientos de estaciones y ramales que fueron abandonados sistemáticamente por no resultar económicamente rentables y desoyendo a comunidades enteras que padecen a diario el no tener ferrocarriles, quedando a merced de los abusos cometidos por empresarios de otras ramas del transporte y lo que es peor aún, que tienden a desparecer como causa de estas políticas equivocadas.
Desde nuestro lugar, solo pretendemos alertar y crear conciencia de esta lamentable situación, haciendo responsables de lo que creemos un despropósito y una contradicción a la señora Presidenta y su Secretario de Transportes. Ellos deberán explicar esta contradicción y corregirla por el bien del ferrocarril público.
Fuente: Punta de rieles
Quien escribio esta nota apocaliptica la Carrio o no se acuerdan como estabamos en el 2001,viajar en vagones sin vidrios asientos rotos,malas frecuencias o nadie se acuerda cuando secuestraron todas las GM gt 22 de Metropolitano San Martin y Roca y las g22 del Belgrano Sur o los servicios al interior que no habia,no seamos tan mala onda y tengamos un poco de memoria.
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