jueves, 2 de agosto de 2012

Museo ferroviario suma nueva reliquia en Tolosa

Es un coche oficial de 1912 que será restaurado aquí

Una reliquia ferroviaria llegó a Tolosa para ser reparada y formar parte del patrimonio cultural del museo del Ferroclub que funciona en esa localidad, donde expresaron su “alegría y orgullo” por lo que consideran un “enorme logro para la entidad tener un coche oficial de principios del siglo pasado”.

El Coche Reservado Oficial, O-2, trasladaba al personal técnico en 1912. LLegó con una curiosa caravana que lentamente se trasladó por las calles de Tolosa y despertó el interés de los vecinos de la zona del Museo Ferroviario, ubicado en 3 y 526.

La caravana llegó con un enorme carretón que cargaba un antiguo vagón ferroviario de madera y un trailer con una poderosa grúa. El conjunto se detuvo brevemente en el cruce de 526 y 3 para dirigirse-después hacia la playa de maniobras.

El histórico coche oficial, que se destinaba al transporte del personal técnico del Ferrocarril del Oeste, data de principio de siglo y fue reconstruido en los talleres de Liniers en 1928.

“Tiene una longitud de 22,5 metros. Posee notables comodidades, a saber: Living con hogar, un dormitorio en suite, dos dormitorios simples, cocina, baño y habitación para el personal de servicio”, detalla Carlos Di Giglio, integrante del Ferroclub de Tolosa.

La máquina llegó a Tolosa “desde la sede Lynch del Ferroclub Argentino y permanecerá en Tolosa, donde será restaurado para su posterior exhibición al público. Su arribo implicó un gran esfuerzo económico y de gestión por los socios, que felizmente se vio coronado con éxito”, agregó el vecino tolosano.

Di Giglio cuenta que “este valioso material es un claro exponente de los tiempos más esplendorosos de ferrocarril y se constituye en una valiosa adquisición para el acervo de museo ferroviario. Además de esto, contribuye a reforzar nuestra identidad cultural que está basada esencialmente en la actividad ferroviaria”.

EL FERROCLUB TOLOSANO

El Ferroclub de Tolosa se creó en 1995, cuando vecinos dedicados a distintas actividades vieron la oportunidad de formar una entidad que reflejara la historia de los ferrocarriles del país.

Entre las piezas del museo Ferroclub sede de Tolosa se destacan dos locomotoras a vapor de 1910, un guinche de 1911 y zorras de esa época.

Todo surgió cuando se encontró una vieja locomotora a vapor abandonada entre los pastizales cercanos a la estación del lugar. Temerosos de que las autoridades de que la empresa que entonces estaba a cargo de los ferrocarriles (Metropolitano) la descuartizaran para venderla como chatarra, propusieron salvarla. “Les explicamos a los funcionarios el valor histórico de la máquina y nos encargamos de ella, pusimos manos a la obra y, a partir de ese trabajo, pudimos rescatar la primera de las reliquias del ferrocarril”, dijeron en el Ferroclub Tolosa, donde con el correr de los años se transformaron en un sitio de preservación de un patrimonio histórico nacional.

El museo funciona en un enorme galpón estilo inglés, con paredes de ladrillo, piso de tierra y techo a dos aguas sostenido por rústicas vigas de hierro. Adentro, en medio de una atmósfera saturada de olor a gasoil, descansan locomotoras a vapor que parecen recién incorporadas al servicio, grúas de madera y viejas calderas aún en funcionamiento. El lugar es el resultado del arduo trabajo de rescate y conservación del patrimonio histórico ferroviario que llevan adelante los miembros de la filial local del Ferroclub Argentino. Fuente. el dia

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