jueves, 7 de junio de 2012

Tragedia de Once: Cirigliano negó haber ordenado quemar pruebas


Dijo que el traslado de documentación contable de TBA no era de su competencia.

Faltaban diez minutos para el mediodía cuando Claudio Cirigliano, dueño de Trenes de Buenos Aires llegó ayer al juzgado de Claudio Bonadio. Estaba esposado, lo acompañaba un agente del Servicio Penitenciario Federal y vestía de negro. Zapatos, un jean y una campera del mismo color. Lucía desmejorado luego de haber pasado una noche en una celda de Gendarmería y otra en la Alcaidía del Palacio de Tribunales.

Declaró ante Bonadio quien investiga las causas del choque del tren contra la estación de Once. Cirigliano está detenido porque el juez considera que interfirió en la investigación judicial cuando documentación necesaria para realizar un peritaje contable en la causa del choque, fue sacada del edificio de TBA y llevada a otro lugar.

El empresario deslindó responsabilidades tanto por el choque como por el movimiento de la documentación. En su carácter de presidente de Cometrans, la empresa que controla a TBA, dijo no haber tenido ninguna relación con el traslado de los papeles que finalmente fueron entregados al juzgado. Es más, aseguró haber estado en la ciudad de Necochea los días en los que la documentación fue retirada.

Argumentó en el mismo sentido a la hora de hablar de la tragedia del 22 de febrero en la que murieron 51 personas y hubo más de 700 heridos.

Como encabezaba Cometrans, aseguró, no estaba a cargo de la operación de TBA y no tiene relación con el hecho.

Aunque en la misma línea de los directores de TBA que declararon ante Bonadio, atribuyó el choque a “una falla humana sin intención” y aseguró que con el maquinista Marcos Córdoba “debe haber pasado algo que no lo hizo estar en sus cabales para frenar el tren”.

Cirigliano reforzó esa hipótesis cuando aseguró que, a partir de lo que establecieron algunos peritos, “el tren frenaba”. Y que tanto Cometrans como TBA siempre cuidaron la “seguridad” y manejaron los subsidios “ de acuerdo al marco regulatorio de Estado” El empresario, que antes del accidente, tenía amplia llegada al Gobierno, sigue detenido en la Unidad 28 del Servicio Penitenciario en el Palacio de Tribunales junto a Carlo Michele Ferrari, presidente de TBA.

Ayer Bonadio excarceló a Darío Tempone y Daniel Rubio, dos gerentes de TBA que habían sido detenidos el lunes por entorpecer la investigación. Los liberó porque a partir de varios testimonios se estableció que no habían tomado decisiones para ocultar la documentación.

Ferrari aseguró que el dio la orden de mover los papeles del edificio que debieron abandonar cuando cesó la concesión, y explicó que lo hizo por orden del abogado Carlos Lluch, un asesor externo del Grupo Cirigliano .

Lluch, hombre de extrema confianza de los hermanos Claudio y Mario Cirigliano caminaba ayer por la mañana muy nervioso por los pasillos de Tribunales cerca del despacho de Bonadio.

Parte de la documentación que había desaparecido fue hallada en la fábrica EMFER que el Grupo Cirigliano tiene en San Martín, y según los delegados se quemó un contenedor con documentos. El delegado Julián Raví dijo ayer a radio Mitre que la empresa “ retrasa el pago de sueldos por nuestra denuncia sobre la documentación de TBA”.

Según explicó Lluch en un escrito, otra parte de la documetnación fue “resguardada” en un lugar seguro. Ese lugar queda en la calle Zelarrayán 5121. Eso era un garaje de barrio donde la policía halló libros contables de TBA (ver fotografía). No era lo que se dice un lugar demasiado seguro para guardar documentación importante para una causa judicial como la de la tragedia de Once.

Fuente: Clarin

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