sábado, 25 de febrero de 2012

El titular de la CNRT tiene una empresa de transporte


Es el principal responsable de controlar las compañías del sector. Pero él mismo constituyó una con ex asesores. Su relación con TBA.

Llegó al Ministerio de Infraestructura de la provincia de Buenos Aires durante la gestión de Felipe Solá por su excelente vínculo con las cooperativas. El era, de hecho, el presidente de la Cooperativa Eléctrica de Luján.

Sin embargo, cuando Solá se abrió del Gobierno, él siguió su camino. Eduardo Antonio Sícaro recaló durante la primera presidencia de Cristina como titular de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), el organismo que controla camiones, colectivos y trenes. Algunos dicen que lo hizo con una ayuda del líder de la CGT, Hugo Moyano. Y que el propio Moyano lo promovió varias veces para el cargo que hoy ocupa Juan Pablo Schiavi. Los rumores sobre el recambio volvieron a surgir con fuerza por al debilidad del secretario.

Lo cierto es que Sícaro parece ser juez y parte. En julio del año pasado fundó la empresa Los Cardos Azules junto a sus ex asesores Oscar Enrique Rivada y Roberto Atilio Salaberre; su actual asesor en la CNRT, Luis Pedro Sanguinetti, y el empresario Luis Cortés.

Los Cardos Azules, según consta en la AFIP, se dedica al cultivo de cerales y al transporte de carga. Y se inició con un capital social de 600 mil pesos. Tiene sede en plaza Italia, en La Plata y tributa ante el organismo de reacaudación en la agencia número 120. El transporte de carga es, claramente, una de las áreas que la CNRT tiene bajo su inspección. Es extraño que la empresa tenga domicilio en La Plata: la capital bonaerense no se destaca por sus campos con cultivos de cereales. Sí Luján, donde Sícaro declara dos domicilios y donde vive también su esposa Mabel Giordano.

El transporte de carga fue beneficiado por la administración Kirchner en detrimento del resurgimiento del ferrocarril de carga. Recién cuando la relación de Moyano y el Gobierno empezó a resquebrajarse, Cristina Kirchner, desde la última cumbre del G20, amenazó: “Toda carga que deba trasladarse más de 200 kilómetros tiene que ir en tren”. Muchos consideran que Moyano fue, durante toda la administración kirchnerista, el gran obstáculo para el desarrollo y la inversión en ferrocarriles. El sindicato de camioneros y el de ferrocarriles mantienen, desde siempre, una fuerte disputa.

La relación de Sícaro con el transporte de carga parece a la luz de los documentos, muy buena. Pero Sícaro desempeñó también su rol, silencioso, en el escándalo de TBA. Emitió un informe en 2010 –sacado a la luz por el ex diputado nacional Héctor Polino– en el que daba cuenta de la pésima condición del material rodante de la concesión de los Cirigliano. Pero el informe, que incluyó multas que, según Polino, “nunca se pagaron”, duerme hasta hoy el sueño de los justos. Sícaro nunca emitió en público ninguna opinión sobre el tema ni siquiera después de la tragedia. “Al habérsele aplicado a TBA la máxima multa posible debería haberse publicado en el Boletín Oficial, cosa que no sucedió”, explicó a PERFIL Polino. Si no fue por decisión de Sícaro, al menos, fue con su consentimiento o sin sus quejas. Ahora, Sícaro suena otra vez como reemplazo de Schiavi, pero hay dudas de que CFK sacrifique al secretario de Transporte.

Fuente: PErfil

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