martes, 13 de septiembre de 2011

Una barrera que funciona con intermitencias

Los comerciantes de la zona dicen que el funcionamiento de la barrera es irregular. "A veces anda, a veces no", le dijo a Clarín.com un empleado de una cafetería, que contó que cuando la cruzó esta mañana la barrera estaba "a 45 grados".

Todavía no había amanecido. Pero en la calle Artigas, en Flores, ya había movimiento. De un lado y del otro de la barrera, cafeterías, kioscos y negocios ya habían abierto sus puertas. Clarín.com recorrió la zona y habló con comerciantes y vecinos que coincidieron en que la barrera funcionaba de modo irregular.

“Esta mañana, a eso de las 6.15, la barrera estaba a 45 grados, se podía pasar”, afirmó Mario Cabrera --encargado de una cafetería que está ubicada en la calle Artigas al 300-- quien cruzó con su camioneta para llegar a su trabajo poco antes de que sucediera el trágico accidente.

Mario contó que el funcionamiento de esa barrera es fluctuante: “a veces funciona, a veces no”. Es más, según relató, un compañero de trabajo le había dicho que “a última hora de anoche, no funcionaba”.

De todos modos aclaró que cuando la barrera no andaba “venía un guardabarrera y la levantaba para que pasara la gente y los autos”. ¿Estaba esta mañana el guardabarrera?, se le preguntó. “Cuando yo pasé esta mañana no había nadie ahí (de la empresa TBA)”, dijo. Y recordó que la barrera había quedado “a 45 grados”.

Jorge González es kiosquero. Su negocio, muy chiquito, está situado en Artigas 142, casi pegado a las vías del tren. Llegó a su local apenas pasadas las 6, después de cruzar por el paso a nivel. “Hoy cuando vine la barrera estaba rota, pero había una persona abajo controlando el paso de los vehículos”, aseguró. Eso sí, no podía afirmar si el guardabarrera estaba en el lugar cuando el tren embistió al colectivo de la línea 92 porque ya estaba dentro de su kiosco.

“Escuché el choque, me asomé y vi que había gente que salía por las ventanillas”, relató González.Y agregó un dato: “hoy a la mañana estaban cambiando vías en la otra cuadra, en Fray Cayetano, y entonces los trenes se turnaban y pasaban por la misma vía”.También él coincidió con Cabrera. “Es frecuente que no funcione la barrera” de la calle Artigas.

Sentado en la puerta del café de Artigas al 110, donde trabaja, Daniel Manteiga cuenta que “desde que programaron la barrera con el semáforo, hace cuatro o cinco meses” cruzar la barrera “es un caos”. Un caos al que –según dijo- se le suma la frecuencia con que la barrera deja de andar y la impaciencia de la gente que “se cansa de esperar y cruza”. “El que está apurado se manda”, sostiene.

En tanto, el vendedor de diarios y revistas del puesto de Artigas al 100 –que pidió no dar su nombre- repitió, casi en forma textual, las palabras de los demás comerciantes del barrio. “La barrera a veces anda, a veces no”, dijo a Clarín.com.

Fuente: Clarin

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