lunes, 11 de abril de 2011

Hace 54 días que no circula el tren a Junín

Desde la Provincia informaron que el viaje desde Retiro a nuestra ciudad quedó suspendido hasta nuevo aviso, porque la única locomotora que estaba disponible para el servicio todavía es sometida a pericias judiciales.


Hoy hace 54 días que el tren que cubre el tramo Retiro – Junín dejó de circular y desde el Gobierno provincial, a cargo de la intervención de la empresa que presta el servicio, Ferrobaires, aún no han dado ninguna respuesta a los miles de pasajeros que necesitan de un servicio de transporte público que beneficia, justamente, a los sectores más vulnerables de la escala social.
En efecto, desde el choque de formaciones en San Miguel del 16 de febrero, cuando murieron cuatro personas y hubo más de 120 heridos, los gobiernos nacional (que tiene a su cargo la autoridad de aplicación) y provincial (responsable de la intervención) sólo han mostrado ineficacia para resolver un problema que –según los especialistas- no es difícil de resolver.
Desde la Provincia informaron que el viaje desde Retiro a Junín quedó suspendido hasta nuevo aviso, porque la única locomotora que estaba disponible para el servicio todavía es sometida a pericias judiciales para determinar las causas del accidente. O sea que el traslado de miles de pasajeros bonaerenses depende sólo de una locomotora.
Según publica el diario Clarín en su edición de ayer, se habla ya de una “crisis de tracción” en ramales de la empresa Ferrobaires, que la semana pasada canceló viajes entre Constitución y Mar del Plata luego de otro choque, en Lezama, con 70 heridos.

Ramal que choca, ramal que cierra

La preocupación crece y muchos temen que se deje de prestar el servicio a Junín, que es fundamental para estudiantes y trabajadores.
Hay pueblos como Castilla, Rawson, San Patricio, San Jacinto y General Rivas que quedaron sin conexión.
“Junín queda a 258 kilómetros de Buenos Aires, creció gracias al ferrocarril y, ahora, es una estación desolada”, advierte el matutino porteño.
En los talleres de nuestra ciudad, los empleados ferroviarios no saben cuándo volverá el tren.
En la estación Retiro no se da información. Sólo aconsejan tomar el micro, que cuesta mucho más del doble que el tren. A un costado se ve la formación que chocó en San Miguel, inerte, sin peritos judiciales ni policiales cerca.
El sitio www.sateliteferroviario.com.ar avisa a los pasajeros el status del servicio: “Este tren se encuentra cancelado provisoriamente por falta de material rodante” y en los teléfonos de consulta que puso a disposición Ferrobaires, nadie contesta.

Falta de equipamiento

La empresa provincial “no tiene equipamiento para prestar servicios confiables, no hablemos de confort, ni a Mar del Plata ni a Junín”, indica Juan Alberto Roccatagliata, autor de un libro de propuestas titulado “Los ferrocarriles en Argentina”.
Ferrobaires “recibió el material rodante más moderno de Ferrocarriles Argentinos, pero todo ello está inutilizado. El problema es terminal y debería actuar la autoridad de aplicación, que es la Secretaría de Transporte”.
Existe un acuerdo firmado en 2007 por el ex presidente Néstor Kirchner y el ex gobernador Felipe Solá para la transferencia a la Nación de Ferrobaires, pero hasta hoy no se ejecutó, señala Roccatagliata, profesor de posgrado de la UBA.

Desinterés oficial

A raíz de la paralización del tren a Junín, Carlos Alberto Salgado, director de la página www.cronicaferroviaria.blogspot.com, escribió el artículo “La desidia que envuelve al sistema ferroviario”, que da cuenta del desinterés de las autoridades por resolver el problema.
“Yo culpo de desidia no sólo a la empresa prestadora del servicio, sino también a la Secretaría de Transporte, que no hizo absolutamente nada, hasta ahora, para obligar a Ferrobaires a cumplir con el diagrama”, señaló Salgado, el primero en advertir que el servicio está cortado. Una de sus soluciones es que la Nación obtenga locomotoras y vagones de otras líneas para armar una formación de emergencia, hasta que la máquina retenida por la Justicia en Retiro sea reparada -se dijo que fallaron sus frenos- y liberada.
“Se fijó un precio oficial para los ómnibus que las empresas no respetan y hacer Junín-Retiro cuesta entre 80 y 100 pesos, mientras que el tren, salía 23 pesos en turista y 35 pesos en pullman. Mucha gente no puede viajar porque el costo es un despropósito. El micro, además, va por la ruta nacional 7, una de las más peligrosas del país”, advierte Carlos Andrés Ducasse, apasionado del tren.
Para él, “lo peor es que cada cosa que ‘se cae’ se queda allí. Parece que quisieran que todo se termine de romper y dependamos de ómnibus y camiones”. Dante Miranda, del Movimiento Nacional Ferroviario, comentó que se están juntando firmas en los pueblos afectados para pedir la vuelta del servicio. A los pasajeros les llama la atención la cantidad de formaciones abandonadas que hay en las estaciones y cercanías de este ramal, sin locomotora que las arrastre.

FUente: Diario Democracia

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