martes, 12 de octubre de 2010

Tres personas mueren por día arrolladas por un tren

La seguridad vial que tanto se discute en Argentina muchas veces olvida los accidentes que tienen a los trenes como protagonistas y que exponen una preocupante incidencia en la cantidad de víctimas fatales: al menos tres personas mueren por día al ser arrolladas en el tendido férreo, según datos del sector ferroviario.

El último incidente tuvo lugar el martes pasado en la estación San Miguel, en el oeste del conurbano, cuando un motociclista fue embestido por una formación ferroviaria. Pero especialistas consultados admiten que todos los días ocurren siniestros y que la gran cantidad de pasos a nivel emplazados en medio de los égidos urbanos explica la magnitud del fenómeno. Más allá de la imprudencia de peatones y automovilistas, existe un déficit estructural en el sistema ferroviario que no se agota en la antigüedad de las locomotoras y vagones o en la escasa frecuencia de los servicios que generan aglomeraciones de pasajeros. 130 pasos a nivel. Sólo en la región metropolitana quedan emplazados 103 pasos a nivel y los expertos recomiendan reemplazar esos cruces peligrosos por túneles subterráneos o puentes. Semanas atrás el gobierno porteño anunció un paliativo con la construcción de 7 túneles bajo las vías del tren.

Pero esta iniciativa no será fácil de llevar a cabo: a las dificultades en el financiamiento se suma la protesta vecinal por la obra planificada sobre la calle Cuenca, en Villa Devoto, por contaminación ambiental e inseguridad. Según datos del sindicato La Fraternidad, que agrupa a los maquinistas, el índice de mortalidad en las vías férreas por arrollamientos alcanza las 3 muertes diarias aproximadamente. “A esta estadística debería sumarse las que se producen después del accidente, ya que generalmente sólo se toman los fallecimientos inmediatos y no aparecen en los guarismos quienes al momento del accidente sufrieron lesiones pero pierden la vida con posterioridad a causa de los daños provocados por el siniestro”, explica un estudio del gremio al que accedió este medio.

Para atenuar los efectos de la accidentología, el sindicato recomienda la construcción de puentes y túneles en zonas urbanas para evitar los pasos a nivel y garantizar no sólo la reducción de los índices de siniestralidad sino, además, reducir los tiempos de espera de peatones y vehículos en las barreras y posibilitar una mayor fluidez en la conectividad vehicular. También el trabajo plantea los trastornos psicológicos que sufren los conductores de las locomotoras, habituales testigos de la tragedia. “Muchos maquinistas terminan su vida laboral con un promedio de 25 a 35 muertes que, inevitablemente, impactarán en su salud psicofísica. Por eso insistimos en bregar para que el estrés postraumático sea reconocido como una enfermedad profesional”, concluye el informe. Desde la asociación Luchemos por la Vida, el vocero Axel Dell’ Olio, recuerda que “en el 2009 la CNRT (el ente regulador del transporte) contabilizó 408 muertes en las vías pero esos datos hay que tomarlos con pinzas porque el estado es renuente a dar cifras oficiales y tampoco se distingue entre suicidios y accidentes”.

Asimismo, el vocero enfatiza “que faltan obras porque el sistema ferroviario no se adecuó al crecimiento de las ciudades y del parque automotor. Entonces tenemos un cruce como el de Rivadavia y Nazca, en el barrio porteño de Flores, donde ocurre todo tipo de maniobra por el tiempo en que permanece la barrera baja”. Viven junto a las vías. Para Carlos Salgado, director del portal informativo Crónica Ferroviaria, los asentamientos que se han erigido a la vera de las vías provocaron muertes de niños y aún representan un riesgo potencial en distintos barrios de Capital, Conurbano, Córdoba y Gran Rosario. “Cerca de la estación La Paternal hace años tuvimos que lamentar la pérdida de varios niños. Y en las últimas semanas se han producido descarrilamientos que, por milagro, no ocasionaron víctimas en los accesos a Rosario. En Dock Sud, en el partido bonaerense de Avellaneda, los trenes de carga pasan pegados a las casillas. Si la gente saca las manos por las ventanas y les carga las bolsas de basura. Cuando (las formaciones) arriban a destino parecen basureros”, cuenta el especialista.

Por su parte, el abogado Aldo Bacre, especialista en accidentología vial y ferroviaria, admite que el 90% de los accidentes fatales que se producen en los pasos a nivel son por negligencia del peón o automovilista que lo atraviesa o por suicidas. Pero también apunta a las fallas estructurales del sistema ferroviario como responsables de la alta incidencia que registran en el país este tipo de accidentes. “Ni en Africa hay ciudades con tantas vías como las que atraviesan Buenos Aires. Por ejemplo, el ramal que sale de Once, el Sarmiento, debería tener su trazado en forma subterránea hacia el oeste. Pero ahora corre en forma paralelo a la avenida Rivadavia. Son un riesgo potencial muy grande considerando la cantidad de autos que circulan por la Ciudad”, indica el letrado.

En cambio sí existen causales de demanda en los accidentes que sufren los pasajeros en los andenes o en las formaciones abarrotadas de gente. “Los trenes tienen una antigüedad de entre 30 y 50 años, las irregularidades en la gestión de la UGOFE con las concesionarias privadas. La crisis del sistema nace en el desguace de los años 90. Pero este país es así, tardaron dos meses y medio en aplanar las obras sobre el cruce de vías de Chivilcoy, en Villa Devoto, y tuvieron en jaque a ese barrio”, sostiene Bacre, que representa a familiares y víctimas de accidentes ferroviarios. Respecto a las líneas que registran más cantidad de siniestros, el abogado, además de la Sarmiento, cita a la Roca, Belgrano Sur y San Martín.

Fuente: Diario Popular

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