
El episodio ocurrió ayer alrededor de las 9 en la zona sur, a la altura de Dorrego al 4700. Apenas el tren frenó varias decenas de personas —niños y adultos— que viven por la zona llegaron hasta el convoy con bolsas, carros y recipientes para recoger y hacerse del cereal. “Tenemos radicadas muchas denuncias. Es frecuente que se frene el tren, se abran las boquillas y se robe la carga”, aseguró el coordinador de asuntos contenciosos de NCA, Juan Pablo Copes. El abogado de la firma agregó que el tren había partido desde Tucumán hacia Alvear (a 20 kilómetros al sur de Rosario) llevando una “carga muy importante”, con la que se calcula se pueden llenar unos 40 camiones. Y aseguró que tras el “atraco” no hubo más que “pérdidas materiales: una cuantiosa cantidad”, aunque no pudo precisar un valor monetario.
Desde la seccional 21ª, el subcomisario David Jaimes fue quien detalló el operativo policial que se realizó en el lugar. “Recibimos un llamado anónimo y, si bien la vía en sí misma es jurisdicción de la seccional 15ª nos presentamos con agentes del Comando y de Infantería con la intención de controlar que no hubiera disturbios. No hubo inconvenientes: la gente, en unas tres horas, recogió el cereral derramado.
El maquinista nos dijo que el tren había sido frenado desde el exterior y que también «alguien» había abierto las boquillas para dejar caer el cereal”, indicó el uniformado refiriéndose a Jorge Fernández, el hombre que iba ayer conduciendo el convoy. Testigos que presenciaron el hecho dijeron que “rápidamente” se armó junto al convoy detenido en las vías un pequeño circuito de compra-venta del cereal. “Llegaban los vecinos con las bolsas y los carros para recoger el maíz; y otros, que se acercaban directamente con coches y hasta pick ups, les ofrecían desde 7 a 25 pesos por cada bulto. Pero ojo, no todos hacían lo mismo, otros comentaban que el cereal que se llevaban les serviría para alimentar a sus chanchos y gallinas, es gente muy humilde que en esto ve una ocasión de subsistencia”, dijo un vecino que prefirió no identificarse. Otra denuncia. El 30 de julio pasado, NCA ya había radicado una denuncia penal pidiendo que se investigara si hubo o no accionar delictivo en el descarrilamiento de un convoy que quedó varado en Francia al 4400, barrio Acíndar. Según la compañía, deconocidos quitaron los bulones de las vías para provocar el siniestro que terminó con 22 vagones desnivelados (de un total de 60) y la pérdida de 200 toneladas de maíz. Tras el hecho, un grupo de vecinos del barrio se acercó al lugar con intenciones de abordar los vagones pero la zona fue cercada.
El jefe de Comunicaciones y Señalamientos de la NCA, Mario Sánchez, presentó en esa oportunidad un escrito en el que denunció un “accionar ilícito de terceras personas que quitaron piezas de las vías para descarrilar el tren y hacerse de la carga que transportaba”. Para el directivo, “esas conductas podrían acarrear riesgo para la vida de los ocupantes de trenes de pasajeros, que también circulan por el mismo ramal”. Así, invocó los delitos previstos en los artículos 191 y 163 del Código Penal. El primero refiere a “atentar contra la seguridad de un medio de transporte” y el segundo eatá referido al “hurto en ocasión de accidente de ferrocarril”.
Fuente: La Capital
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