Usan terrenos del tren para burlar la ley de publicidad

Vuelven a poner enormes carteles junto a las vías. Fueron adjudicados por la Nación tras la sanción de una norma porteña que los prohibe. Están en avenidas clave de la Capital. La Ciudad dice que no le permiten el ingreso a las tierras para retirarlos.



Como si no tuvieran suficientes motivos para discutir, los Gobiernos de la Ciudad y de la Nación también se pelean por el negocio de la publicidad callejera en Buenos Aires.

A través de la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), la Nación licitó y adjudicó la posiblidad de poner carteles en terrenos linderos a las vías del tren en decenas de lugares de la Ciudad. Algunos de ellos en sitios muy cotizados y de gran visibilidad para sectores sociales de elevado poder adquisitivo, como las avenidas Juan B. Justo y Figueroa Alcorta, en Palermo, o la autopista Lugones.

Los carteles en esos lugares están prohibidos por la ley de publicidad de la Ciudad de Buenos Aires, pero el Gobierno de Mauricio Macri dice que no puede retirarlos porque la ADIF –que fue creada por ley en 2008– no le permite el ingreso a esos terrenos, de propiedad federal.

“Entre los recursos que maneja la ADIF está la publicidad en la infraestructura ferroviaria y se han licitado una cantidad de terrenos con la finalidad de recaudar fondos para invertir en los ferrocarriles . No somos nosotros quienes determinamos si la publicidad en esos lugares viola no la reglamentación local. Ese es un problema que debe resolver la empresa y el Gobierno de la Ciudad”, dijeron a Clarín en la sociedad del Estado que maneja los bienes ferroviarios.

“Los del ferrocarril son terrenos federales.

No estamos violando ninguna ley ”, agregó la fuente.

Sin embargo, el ministro de Ambiente y Espacio Público porteño, Diego Santilli, dijo que el argumento es “absurdo”.

“La ley de la Ciudad prohíbe la publicidad en esos lugares, así que la ADIF no debió haber hecho esa licitación. En los próximos días vamos a intimar a todas las empresas que han puesto carteles sobre terrenos ferroviarios a que los saquen”, agregó Santilli.

En el ministerio aseguran que en las últimas semanas han sido retirados por parte de personal de la Ciudad carteles licitados por la ADIF en terrenos que pertenecen al espacio público de la Ciudad de Buenos Aires.

Así ha pasado en varios espacios debajo de puentes ferroviarios, como por ejemplo el que está sobre Figueroa Alcorta, en la curva que pasa frente al Velódromo.

También se han retirado carteles en la avenida Dorrego, entre Libertador y Cerviño, y en el viaducto Carranza.

Sucede que esas publicidades estaban colocadas sobre el espacio público. En cambio, los enormes carteles que se ubican, por ejemplo, en la avenida Juan B. Justo y Paraguay, frente al Sanatorio De los Arcos, están sobre un terraplén ferroviario que es terreno federal. Por eso el Gobierno de la Ciudad no puede ingresar allí, a menos que cuente con una orden judicial de allanamiento.

De todas maneras, en el Gobierno porteño no informaron que hayan hecho presentaciones ante la Justicia por este tema.

“La ley de la Ciudad prohíbe todo tipo de carteles publicitarios en terrenos ferroviarios. Y lo que esperaríamos de un organismo estatal es que colabore”, dijo el legislador del PRO Patricio Di Stéfano.

Di Stéfano fue uno de los que trabajaron en la ley de publicidad de la Ciudad de Buenos Aires, que restringió las posibilidades que existían anteriormente.

“Después de sancionada la ley –cuenta– nos enteramos que el Estado Nacional estaba lanzando una licitación para que se colocara publicidad en espacios prohibidos. Se lo hicimos saber, pero siguieron adelante”.

En realidad, ya antes de que la ADIF licitara había carteles publicitarios en muchos terrenos ferroviarios. En el marco de una situación de descontrol , algunos de esos lugares habían sido vendidos a empresas por las concesionarias de los distintos ramales de tren y otros directamente eran carteles que habían sido instalados de hecho por las firmas publicitarias, que siempre han visto en los terrenos ferroviarios un objetivo apetecible.

Fuente: Clarin