Por el retraso de más de tres meses en el pago de los certificados parte del gobierno nacional, se frenaron las dos obras consideradas clave de ampliación en la red ferroviaria para el transporte de cargas por el gran Rosario.
El punto de conflicto es la doble vía entre San Lorenzo y Rosario, que es propiedad del Nuevo Central Argentino (NCA) y la ”variante Cerana” que puede agregar una vía de unión entre San Lorenzo con Puerto San Martín.
De esta manera, se descomprimiría el paso de los trenes por el ejido urbano de ambas localidades. El presupuesto ronda los $ 120 millones.
Según se informó, la empresa contratista que ganó la licitación avisó que ya no está en condiciones financieras de seguir adelantando capital propio para mantener la obra en marcha ante el retraso del gobierno nacional.
Ambas obras habían empezado a construirse el año pasado, pero estiman que no estarían listas para el arribo de la próxima cosecha –marzo-abril de 2010-.
Estos trabajos son estratégicos, ya que, una vez terminados, harían más eficiente el tránsito ferroviario de cargas granarias, disminuiría el impacto ambiental y social del masivo arribo de camiones a la zona para la cosecha (más de 2,6 millones al año) y caería de forma indirecta el precio de fletes para la producción agropecuaria.
También son obras de excelente calidad en su construcción, en línea con las exigencias del Banco Mundial para el plan ferroviario Circunvalar. Un ejemplo de ello es que cuando se termine la “doble vía” podrían pasar trenes de 30 toneladas por eje y no de 20, como ahora.
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La cartera que conduce Julio De Vido es la que licitó y el NCA, el principal ferrocarril de carga del país, es el que hace la inspección y el control técnico de la obra.
De acuerdo a últimas informaciones difundidas, hubo gestiones privadas ante la Nación por los retrasos.
Hay que destacar que el 76% de la cosecha nacional se exporta por las 15 terminales del frente fluvial Rosario y que la zona concentra el 30% de las cargas argentinas.
En la actualidad –precisamente, por el retraso de este tipo de obras– ingresan a estos puertos 60 millones de toneladas contra las siete que trae el ferrocarril, un medio más barato, eficiente y de menor impacto ambiental que si se potencia sumaría cargas y descomprimiría el colapso de la infraestructura vial que sufre el gran Rosario con la llegada de cada cosecha.
Fuente: El Cronista
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