A mediados del mes de julio, gestiones presidenciales en China y altos funcionarios nacionales coincidieron en dar luz a una esperanza mendocina: el regreso de una frecuencia periódica del ferrocarril a Mendoza.
El anuncio, festejado en Mendoza como un logro más que importante, era que en octubre volvería a instalarse un servicio Buenos Aires -Mendoza, al menos una vez por semana. Pero el tren todavía no llega.
Cuando los ramales pararon
Mendoza perdió sus trenes en la década de 1990, cuando el entonces presidente, Carlos Menem, lanzó su famosa frase “Ramal que para, ramal que cierra”. En realidad el riojano se refería a los ramales ferroviarios del conurbano bonaerense, cuyos empleados protestaban por reivindicaciones salariales.
Pero era época de privatizaciones y de achicamiento del Estado, y aquella protesta sirvió como oportunidad para que gran parte del país se quedara sin trenes. El 7 de marzo de 1993 salió el último convoy de pasajeros desde Mendoza hacia Buenos Aires y nunca más volvió.
Cuando los ramales vuelven
Mendoza pasó 17 años sin ver un tren de pasajeros. Pero algo hizo que eso comenzara a cambiar. El 31 de diciembre de 2009 llegó a la provincia el famoso “Tren de la Paz”, y así, 2010 comenzó con un nuevo paisaje y con renovadas esperanzas para sus vías.
Algo similar ocurrió en Vendimia, con el arribo de varios funcionarios nacionales que llegaron a disfrutar de la fiesta mayor de Mendoza, en tren.
Y con estos ejemplos, que se extienden al Tren Sanitario que hoy está en estas tierras, no pocas voces se alzaron a favor de que vuelva un servicio regular.
Julio fue el mes elegido para los anuncios. En aquellos días la presidenta Cristina Fernández, de viaje por China junto a varios funcionarios y empresarios, informó que a través de un convenio con aquel lejano país, habría posibilidades de importar nuevos vagones para restablecer el servicio de transporte que más hizo crecer a Mendoza.
Antonio Luna, secretario de Transporte Ferroviario de la Nación, fue más allá y prometió que en octubre de este año, habría tren de pasajeros en Mendoza con destino a Buenos Aires.
“Primero pensamos ponerlo una vez por semana a partir de octubre (…) con material que ya tenemos, adquirido en Portugal. Y pensamos hacer el viejo recorrido Retiro - Mendoza - San Juan”, aseguró en esa oportunidad el funcionario, y agregó: “Todavía no sabemos cuánto demorará el viaje, pero sí que el costo del boleto será el de un pasaje social”.
Pues bien, algunas voces dudan de que se concrete este anuncio. De hecho, superada la mitad de octubre, no se ha vuelto a hablar del asunto.
Hay fuentes que aseguran que “las vías no están en condiciones” y que “es imposible que se restablezca un servicio regular y de calidad”, aludiendo a la falta de inversión y, lógicamente, de infraestructura.
Más allá de eso, el diputado provincial Gustavo Arenas, ex representante de la Secretaría de Transporte de la Nación en Mendoza, consideró que “es posible que el servicio semanal pueda darse”, aunque reconoció que si bien “la mayoría de las vías está utilizable, no lo están para una frecuencia importante como sería la de un tren de pasajeros, ni para la velocidad que tal servicio requeriría”.
San Luis expropió tierras, pero hay esperanza
En los días del mentado anuncio, Mendoza prácticamente se revolucionó ante la posibilidad de volver a tener al gigante de hierro en sus durmientes.
Y una noticia generó no poca desazón. La provincia de San Luis impedía la concreción de tal gesta, debido a que deseaba expropiar unas tierras, justo por donde pasaría el tren hacia Mendoza.
El legislador Arenas fue quien, personalmente, viajó a la tierra de los Rodríguez Saa a tratar de persuadir a los puntanos de semejante actitud. No le fue muy bien, porque la expropiación se concretó y hoy es la Justicia federal la que busca, de alguna manera, solucionar el problema.
“Va por buen camino, porque esas tierras son del Estado nacional”, confirmó Arenas, dando entender además, que fuera de este problema, estarían dadas las condiciones para que el servicio de trenes vuelva a Mendoza.
Aunque esa decisión pasa por otras manos.
Fuente: Ciudadano diario
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