miércoles, 30 de julio de 2008

La ex Estación Belgrano, en estado calamitoso – Santa Fe -

Indigentes viviendo en su interior, basura por doquier y una estructura al borde del colapso. El manoseado edifico “histórico” sigue esperando y se hace "más viejo”. La licitación sigue demorada en el Ministerio de Planificación.
Mientras la adjudicación se pierde en cajones de organismos nacionales, la vieja estación Belgrano agrava su estado calamitoso. Desde afuera, el transeúnte podrá apreciar las aberturas desvencijadas, las paredes cubiertas de pintadas, artísticas y de las otras, incluso crecimientos vegetales en las grietas. Por dentro, en un silencio sólo quebrado por el sonido de los pájaros que se alojan en los intersticios de las ojivas metálicas, se pueden apreciar los restos de numerosos habitantes que pasaron por allí.
Actualmente quedan seis personas, cinco de ellas pertenecientes a un grupo familiar (dos hombres y una mujer jóvenes, con dos niños) y un solitario habitante más que se ubica aparte: la unidad principal ha improvisado una tienda cerca del final del área cubierta, y en los alrededores han ubicado elementos para cubrir distintas necesidades: soga para colgar la ropa al sol, por ejemplo, y un par de parrillas para cocinar, para calentar agua y tomar mate sentados en el cordón del andén. Los muchachos relatan que están hace unos seis meses allí, conviviendo con la tolerancia de los vigiladores del grupo SOE (Sociedad Operadora de Emergencia).
SOE es la empresa que maneja desde hace dos años la línea del Belgrano Cargas. Según reconocen los custodios, el Onabe sólo ocupa un rincón en la parte delantera de la estación (que está cerrada por el frente y por detrás), y una sola persona se identifica como el administrador. Con buen trato, los encargados de la seguridad del lugar (que sólo pueden hacer presencia, y en caso de robo u otro incidente deben llamar a la policía) informan que al SOE no le gusta que tomen fotos, especialmente de los vagones, para no poner en riesgo la carga. Incluso tampoco les atrae la idea de que se hagan imágenes de la estación abandonada sin un pedido de autorización.
El tema es que la zona exterior de la estación es utilizada para alojar vagones que deben partir hacia diferentes destinos, que también serán acompañados por alguna custodia a bordo. Ya alguna vez, en un tren parado en Santa Rosa de Lima, una veintena de vagones fueron vulnerados: llevaban cereales y azúcar.
Según el relato de los vigilantes privados, después de la inundación de 2007 mucha gente fue a vivir en la estación, pero ahora la idea es que no quede nadie. A los que quedan los dejan estar porque no tienen adónde ir, pero les dicen que traten de pasar lo más desapercibidos que puedan. Al costado de la antigua terminal, dos galpones duermen el sueño del abandono: uno está cerrado, el otro abierto pero sin señales de ocupación, rodeado de altos pastizales (aunque en buena parte se recortó la vegetación, por orden de la empresa).
Eterna burocracia
El expediente S01:0404521/2007 para adjudicar la recuperación de la ex estación Belgrano y propiciar inversiones comerciales en el edificio y en los terrenos ubicados hacia el norte sigue paralizado en la Subsecretaría de Transporte Ferroviario de la Nación. La única oferta en pie, luego de la licitación realizada el año pasado, es la de la empresa chilena Cencosud, que aguarda definiciones para dar inicio a su emprendimiento.
Tras tener acceso al recorrido administrativo del expediente, El Litoral informó hace un mes que el trámite estaba demorado desde el 12 de marzo pasado en esa repartición, que depende de la Secretaría de Transporte del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios. Transcurridos 36 días, el expediente no registró movimiento alguno, por lo que aún no llegó a manos de la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, última firma necesaria para la adjudicación definitiva.
Al frente de Transporte Ferroviario se encuentra Antonio Luna, quien nunca brindó explicaciones sobre los motivos de la demora. Este funcionario depende a su vez de Ricardo Jaime y del ministro Julio de Vido. Entre sus funciones, tiene facultades para solicitar la afectación del inmueble para uso ferroviario. Pero no lo ha hecho hasta ahora, razón por la cual resulta por demás de llamativa la demora. En especial si se tiene en cuenta un dato más: la subsecretaría ya había intervenido en el proceso licitatorio y había realizado algunas sugerencias que fueron incorporadas a los pliegos.
El Organismo Nacional de Bienes -Onabe- inició gestiones para destrabar el expediente, incluso a través del ministro De Vido. Pero hasta la fecha no se ha producido ninguna novedad. Por su parte, desde Cencosud confirmaron que continúan expectantes de una definición.

Fuente: El Litoral

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