lunes, 7 de abril de 2008

En el legendario ramal del Huaytiquina ya se palpita el renacer del tren

En el legendario ramal del Huaytiquina ya se palpita el renacer del tren
En el ramal C-14 nuevas generaciones ferroviarias caminan sobre las huellas de una genial epopeya.

El recambio de vías entre Tastil y Diego de Almagro presenta un avance del 50%.

En los Andes salteños cien hombres y una mujer comenzaron a escribir un nuevo capítulo en la legendaria historia del Huaytiquina. Ellos lo saben y se les eriza la piel cada vez que se detienen a pensar que en cada nuevo durmiente, tramo de vía y tirafondo reactualizan la epopeya que Richard Fontaine Maury y aquellas cuadrillas que parecían forjadas en acero emprendieron, en esas mismas alturas, hace ocho décadas y un lustro.

Así lo reseña la entrada del túnel 4 que deja leer el año de su terminación: 1923.
"Se me pone la piel de gallina cada vez que lo veo", dice José Castillo, mientras la cuadrilla que dirige entre Puerta Tastil y Diego de Almagro, a 3.200 metros de altura sobre el nivel del mar, ajusta los niveles y peraltes de la flamante línea de rieles a corta distancia del túnel de 200 metros de longitud.

Los relevamientos técnicos efectuados luego de que el Tren a las Nubes dejara de operar, en el invierno de 2005, aconsejaron un recambio total de vías en ese tramo del ramal C-14 donde el desgaste de los rieles llegó a niveles críticos.

"La trocha debe ser de un metro en las rectas y hasta de un metro con diez en las curvas para evitar que los ejes de las formaciones se traben", explicó Castillo. En ese sector, sin embargo, llegaron a medirse trochas cercanas a 1,20. Mike Bradshaw, un experto que relevó el estado del C-14 en 2006, advirtió que entre Tastil y Almagro el pésimo estado de las vías era "una invitación a descarrilamientos".

De aquel preocupante cuadro se desprendió la licitación de los 51 kilómetros lineales de nuevas vías que una acería de España fabricó comenzó a embarcar hacia la provincia de Salta a mediados del año anterior. Son 2.870 rieles que tienen 18 metros de largo y pesan, cada uno, 800 kilos. Para moverlos las cuadrillas -de doce hombres- deben trabajar con suma atención y sincronización, ya que el menor paso en falso puede ser causa de graves lesiones en los integrantes del equipo. Por eso, los "punteros", como llaman los ferroviarios a los jefes de cuadrilla que marcan a viva voz cada paso, cada movimiento y cada pausa, son escuchados con veneración.

Por estos días en la punta de rieles que avanza sobre las estribaciones de Mesetas, a 110 kilómetros al Oeste de la capital salteña, manda la voz cantante de Rafael Calpanchay. Vive en San Antonio de los Cobres, tiene siete hijos, media vida dedicada a obras ferroviarias y largos años de penar sobre vías extrañamente desiertas y oxidadas. "Los trenes tienen que renacer, porque a donde van llevan esperanza y vida a los pueblos", remarca, mientras su cuadrilla, formada en dos filas de seis, afirma las grandes tenazas a un nuevo riel.

La recuperación del ramal C-14, contratada por la Provincia con la empresa INMAC, marcha a ritmo sostenido y presenta un avance del 50%. El coordinador de la obra, Gustavo Aláiz, señaló que la finalización de los trabajos está prevista hacia julio, aunque afirmó que hoy la línea ferroviaria que conecta a Salta con Chile, a través del paso de Socompa, está operable.

"Por aquí ya han pasado trenes", señaló Cirilo Lamas, otro veterano de Vías y Obras que tras el desmantelamiento ferroviario de los años noventa anduvo medio extraño entre los "pastores de nubes" que tiene su terruño: Santa Rosa de Tastil.

Ahora, de vuelva en lo suyo, Lamas supervisa cerca de uno de los 21 túneles que tiene la genial ingeniería del Huaytiquina el adecuado emplazamiento de los nuevos durmientes adquiridos en Taco Pozo. Son de quebracho blanco -químicamente tratado para prolongar su durabilidad- y cada pieza unos 70 kilos.

Inicialmente, en el tramo donde serán íntegramente recambiados los rieles estaba previsto el reemplazo de aproximadamente un tercio de los durmientes originarios, pero finalmente se decidió cambiar el 100% de las antiguas piezas que eran de quebracho colorado, una variedad de la cual hoy no puede disponerse de durmientes en cantidades y condiciones adecuadas a raíz de deforestación del monte nativo.

En este aspecto, la reactivación ferroviaria enfrenta un verdadero cuello de botella.

La que manda

Hilda Patiño, de 24 años, es la técnica que dispone las medidas de seguridad e higiene en las obras del C-14. Sus indicaciones están por encima de todo rango. "Las obras ferroviarias, y más aún en parajes inhóspitos, no admiten descuidos", advirtio. Hilda vive en la capital salteña y supervisa las obras con otro joven tecnico, Eduardo Palavecino, de Mosconi.

Un experto

José Castillo trabaja en obras ferroviarias desde los 17 años. Tiene 43 y seis hijos. José Alejandro, el mayor, también trabaja en el C-14. Castillo conoce cada metro de los ramales que atraviesan la provincia. "Salta no puede seguir sin trenes. El ferrocarril llevó progreso a muchos pueblos que hoy están aislados y a un paso de desaparecer", remarcó.

Una obra titánica

El ramal C-14 tiene más de 1.400 curvas y geniales obras de arte con las que se doblegaron las alturas, pendientes y otras dificultades planteadas por la cordillera de los Andes.

Entre las obras de arte se destacan 21 túneles, 13 viaductos, 31 puentes de tramos metálicos, 9 cobertizos y 93 alcantarillas. El colosal trazado ferroviario que vincula a Salta con Antofagasta (Chile) a través del paso de Socompa incluye, además, zig-zags y rulos con los cuales se evitó que las formaciones que usan el C-14 deban utilizar cremalleras para superar pendientes pronunciadas.

Las obras del Huaytiquina se iniciaron en 1921 durante la presidencia de Hipólito Yrigoyen y fueron finalizadas en 1948 durante la presidencia de Juan Domingo Perón. El trayecto que utiliza el Tren a las Nubes, entre Salta y el viaducto La Polvorilla, a 4.200 metros de altura, es de 220 kilómetros.

Tercera generación

En Campo Quijano los conocen como "los chicos de la vía", porque nacieron junto a los rieles del C-14, en cuya construcción trabajaron sus padres y abuelos. El líder de la cuadrilla, Alberto Mamaní, tiene 34 años y es conocido como "Mariscal Tito". Su apoyo se inspiró en Josip Broz, el líder yugoslavo que trabajó al lado de Maury y se hizo famoso tras la Segunda Guerra.


fuente: El tribuno/salta

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