La extensión de la línea E, del Correo Central a Retiro. Son todos ejemplares de tipas que fueron trasplantadas en el Parque Indoamericano.
A cambio, la empresa constructora donó a la Ciudad 326 ejemplares de jacarandá, más resistente a las tormentas.
Cuando la temperatura supera los 30° y el asfalto se recalienta hasta volverse incandescente, caminar o resguardarse unos segundos bajo la sombra de los árboles es el único alivio que pueden sentir quienes transitan la city porteña. Sin embargo ahora, ampararse de los rayos del sol en la avenida Leandro Alem se ha vuelto una tarea bastante complicada. Debido a los trabajos de construcción para ampliar la línea E de subte -desde el Correo Central hasta Retiro- en los últimos dos meses se han retirado 61 tipas de frondosas copas, que constituían una gran hilera verde, y que aportaban reparo y aire fresco al Bajo porteño.
La encargada de la remoción de los árboles fue la empresa Benito Roggio, a cargo de los trabajos de ampliación del subte. El método de construcción exige que en el tramo de la avenida donde van a erigirse las estaciones, se realice una intervención a cielo abierto. Por ese motivo, es que en las cuadras respectivas a las estaciones Correo Central y Catalinas se retiraron los canteros centrales. Finalizada la obra, la empresa está obligada a reponerlos tal como estaban antes; es decir, respetando las condiciones iniciales de dimensiones, luminarias, y también arbolado. Especialistas del Ministerio de Ambiente y Espacio Público, que controlaron el retiro de las tipas, explicaron que para que el proceso de transplante sea exitoso, primero se debe reducir la copa del árbol lo suficiente como para poder trasladarlo en la Ciudad, y luego se talla un terrón alrededor del tronco con la mayor cantidad de raíces posible (en algunos casos, es necesario proteger el terrón con un lienzo o sogas).
Una vez elegido el sitio donde el árbol va a ser trasplantado, se cava un pozo, y con la pluma de una grúa se lo ubica allí. En los siguientes días, se le da un riego importante para que se asiente y también se le suelen colocar tutores en el tronco. Las añejas tipas (algunas llegaban a los 60 años) que fueron removidas del Bajo, ya fueron trasplantadas en el Parque Indoamericano, un gran espacio verde de 130 hectáreas que recorre los barrios de Villa Lugano y Villa Soldati. Sólo dos de estos ejemplares fueron descartados porque, según los especialistas, presentaban una inclinación excesiva. Como compensación por las extracciones ejecutadas, la constructora Roggio debió donar a la Ciudad 326 ejemplares de jacarandá, que fueron recibidos en el vivero del parque Avellaneda. Algunos de estos árboles fueron plantados: en las avenidas Presidente Roque Saenz Peña y Escalada y en la plaza de Mataderos. De todas formas, la mayor parte de ellos aguarda destino.
La elección del jacarandá para el reemplazo de las tipas en la avenida Alem tiene un motivo: especialistas de la Dirección de Arbolado porteña explicaron que las tipas son muy grandes y tienen una madera con poca resistencia. En casos de tormenta, son proclives a quebrarse, tal como sucedió en las dos tormentas de enero en que la caída de varios ejemplares provocaron destrozos en autos estacionados y dejaron anegadas muchas calles. En tanto, el jacarandá es un árbol más pequeño, de madera fuerte, que se adapta sin problemas al trazado urbano. Si bien se supone que en la actualidad hay cerca de nueve mil tipas en la Ciudad, las cifras no están actualizadas. Al respecto, el ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli, anunció que en los próximos días se realizará un control integral del arbolado porteño: "Se firmó un preacuerdo con el Banco Mundial para realizar el primer censo fitosanitario de la Ciudad. Se podría llevar a cabo entre febrero y marzo, para luego elaborar un plan de acción sobre los árboles". Para poder continuar con la ampliación del subterráneo, una obra que sin dudas ha alterado la fisonomía de la zona, resta una última intervención que consiste en el retiro de un ejemplar adulto de plátano ubicado en la Plaza Roma, de Alem y Lavalle.
Por su sola extracción, la Ciudad solicitó una compensación de 97 ejemplares de jacarandá. La idea es que en un futuro cercano todos estos árboles jóvenes estén distribuidos por diferentes barrios, y que con sus flores, aporten un tono celeste a las calles porteñas.
Fuente: Clarin
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