viernes, 16 de abril de 2010

Concordia: Cementerio de máquinas

En el patio de maniobras de la Estación Central del ferrocarril se observan a las antiguas locomotoras del ex ferrocarril Urquiza en estado de obsolescencia. Desarmadas y desguazadas, se herrumbran día a día a la intemperie. Oscar Fernández, secretario de Acción Social de la Unión Ferroviaria (UF), dijo a DIARIOJUNIO que es un “cementerio de máquinas” y lo atribuyó “a la desinversión de parte de ALL”. Las empresas concesionarias, Grupo Pescarmona y luego ALL, recibieron 69 máquinas de tracción. “En la actualidad andan en funcionamiento unas 15 locomotoras”, puntualizó Fernández. Algo similar sucedió con los vagones. Las denuncias que hizo el gremio a la CNRT cayeron en saco roto.



El proceso de decadencia del material rodante comenzó cuando el grupo Pescarmona se hizo cargo del ex ferrocarril Urquiza, desde 1993 hasta 1998, cuando lo cedió a ALL. “Ya de esa época viene el estado de abandono en que se encuentra el parque de máquinas, no solamente de máquinas sino de vagones también”, acotó.
El gremialista sostuvo que las responsabilidades son compartidas. “Pero mucho más de parte del Estado que no controla ni hace cumplir la concesión”, señaló. Desde la UF vienen denunciando sistemáticamente la situación a las autoridades de la CNRT (Comisión Nacional Reguladora del Transporte) y a la Comisión Bicameral de Reforma del Estado y del Seguimiento de las Privatizaciones. Fernández dijo que desconocía lo que sucede con las denuncias presentadas.
“En 1999 hicimos una denuncia a la CNRT con fotos y videos sobre el estado de deterioro y abandono. Nunca tomó cartas en el asunto porque sino no se hubiese llegado al estado en el que está en este momento”, indicó.
“La inversión no es la adecuada ni es lo que el pliego de licitación decía”, dijo. La concesión establecía una determinada pauta de inversión cada cinco años. Fernández no tenía los datos precisos acerca de lo que la empresa debería haber invertido y lo realmente realizado, pero no dudó en señalar que no se cumple con lo convenido. “Hay un poco de desidia de parte de la empresa. Si no se ve más es porque nosotros permanentemente estamos encima para que no se deteriore más y para que inviertan, en cuentagotas pero que inviertan para que no se sigan deteriorando las locomotoras”, señaló Fernández.
Pescarmona recibió 69 locomotoras (41 Diesel Eléctrica U 12 y U 13 y 28 General Motors) que luego pasaron a ALL. “En la actualidad andan en funcionamiento unas 15 locomotoras”, puntualizó. De esa quincena, cinco pertenecen al Estado provincial que las tiene en custodia y ahora las está reclamando para la corrida de los trenes de pasajeros. Y añadió: “si no han caído más es porque permanentemente andamos denunciando y controlando”.
Cuando una locomotora se rompe, “lo correcto es reemplazar por repuestos nuevos”. No obstante, Fernández aseguró que “acá se han venido desguazando máquinas para reparar o mantener las locomotoras”. Además, indicó que ALL nunca adquirió locomotoras. “Ni esta empresa brasilera ni el grupo Pescarmona. Se mantienen con lo que recibieron”, indicó.
Con los vagones sucede algo similar. El ex ferrocarril Urquiza tenía cerca de 2400 vagones de todo tipo: tolvas convertibles, usos múltiples, con compuerta, frigoríficos, ventilados, jaulas, bordes altos, bordes bajos, plataformas para contenedores, tolvas minerales. En 2008, el secretario general de la UF, Hugo Pezzarini, dijo que estaban en condiciones de circular cerca de 780 vagones. “Más de la mitad de la dotación que se le entregó están inutilizables”, decía Pezzarini.
Incluso hasta se podría hacer un parámetro respecto de la cantidad de empleados que tenía el ferrocarril antes de ser privatizado y el personal existente en la actualidad. En la década del 70, el ferrocarril Urquiza (sumando los servicios de carga y pasajeros) llegó a tener cerca de 11.000 empleados y el 60 % pertenecía a la provincia de Entre Ríos. Hoy, la Unión Ferroviaria tiene alrededor de 1.000 afiliados en toda la provincia. O sea que ése es el número de empleos directos que ofrece el ferrocarril hoy.

Rémoras de los 90

Por otra parte, Fernández reflexionó acerca de la política del gobierno nacional que decidió dar marcha atrás con algunas concesiones de los 90 como Aerolíneas Argentinas y las AFJP pero no actuó de la misma forma con YPF o los ferrocarriles. En primer lugar, el gremialista sostuvo que los trenes de pasajeros en Buenos Aires están subsidiados y cree que lo mismo sucede con los de carga, en referencia a ALL, aunque la empresa de capitales brasileños asegura que no recibe dinero del Estado. “Personalmente creo que a esta empresa se la está subsidiando”, sostuvo.
Además, dijo que el transporte de cargas ferroviario no da pérdidas. “Al contrario, tiene que estar dando ganancias siempre y cuando se maneje con un sentido empresarial. Las empresas en manos del Estado fueron botines de guerra de los partidos de turno, pasó lo que pasó con la mayoría, incluso con los ferrocarriles”, señaló. De todas formas, señaló que no es estrictamente necesario reestatizar el ferrocarril. “Lo correcto sería que el Estado se hiciera cargo del control o por lo menos del control”, indicó.

Fuente: Diario Junio

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