lunes, 18 de enero de 2010

Recuperar el ferrocarril a Buenos Aires

Después de 16 años, un tren de pasajeros llegó nuevamente a Mendoza. Ello demuestra que existe la infraestructura necesaria como para cubrir el servicio y sólo hay que actualizarla, especialmente en lo que hace a las vías férreas.



Foto: Diego Sotelo

La llegada a la estación San Martín, del tren Por la Paz y la No Violencia, procedente de Buenos Aires, con alrededor de mil pasajeros (entre argentinos y extranjeros) reavivó la ilusión de muchos mendocinos para que, de una vez por todas, pueda concretarse el retorno de los servicios de pasajeros a la región Cuyo. Un reclamo que lleva ya 16 años, lapso en el cual se sucedieron los anuncios pero nunca lograron concretarse. El tema no es sólo una preocupación de los mendocinos, sino que abarca a distintas zonas del país y, en todos los casos, se hace referencia a las promesas incumplidas de parte de las autoridades nacionales. La debacle ferroviaria en la Argentina se produjo en 1991, con la política implementada por Menem-Cavallo, que estableció la suspensión de todos los servicios de mediano y largo recorrido en las seis líneas troncales que por ese entonces tenía la empresa Ferrocarriles Argentinos. Mendoza y San Juan, que contaban con trenes de pasajeros a través del ramal del San Martín, quedaron incluidas en esa decisión, lo que generó una pérdida importante de fuentes de trabajo y la caída en la actividad económica de importantes distritos, como sucedió con Palmira y Monte Comán.

Según opinan los especialistas, el desguace ferroviario en el país significó la pérdida de 146 trenes que corrían para media y larga distancia, dejando inactivas 492 estaciones, las que pasaron a convertirse en lugares fantasma. Sin embargo, en aquel momento las autoridades nacionales tomaron la decisión de mantener la red ferroviaria en la provincia de Buenos Aires y en la Capital Federal, otorgando para ello un subsidio similar al aporte que se realizaba para el mantenimiento y funcionamiento de toda la red ferroviaria nacional y con el aporte de todos los habitantes de la Nación.

Con el transcurrir del tiempo, los reclamos por la puesta en funcionamiento de la red nacional comenzaron a plantearse desde distintas zonas. También surgieron las promesas de parte del actual gobierno nacional. Se trató de anuncios previos a las elecciones formando parte de la campaña electoral. Hubo inauguraciones "testimoniales", como el caso de Tafí Viejo o "viajes experimentales", como sucedió con las localidades de Rancul y Realicó, en La Pampa. Los salteños reclamaron la puesta en marcha del tren urbano; los cordobeses el "ferrurbano" y otro tanto sucedió con las provincias de Río Negro y Neuquén. Mendoza hizo lo suyo, con el pedido de la puesta nuevamente en funcionamiento del tren hacia Buenos Aires y sumó los planteos sobre qué decisión se tomará con el tren Trasandino. Desde el Gobierno nacional se aduce que la situación internacional, que afectó a la economía argentina, es la que no permite la realización de las obras. Pero las mismas no se concretaron tampoco cuando hubo una época de crecimiento sostenido en el país.

El Gobierno local y los legisladores nacionales deberían comenzar a trabajar en conjunto y ejercer las presiones necesarias para recuperar el funcionamiento del tren a Buenos Aires. Se sabe que algunas gestiones ya se están realizando y hubo reuniones entre el vicegobernador y empleados ferroviarios. La llegada del Tren por la Paz demostró que la infraestructura necesaria se mantiene y que sólo hace falta renovar tramos de las vías férreas. La recuperación del servicio ferroviario con Buenos Aires, tanto de cargas como de pasajeros, redundará en beneficios tanto para la población como para la economía de la provincia.

Fuente: Los Andes

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