Que el vandalismo se impone a las acciones para mejorar los espacios públicos es algo que vienen comprobando los usuarios de la línea Sarmiento en la estación Haedo: los flamantes bancos que para comodidad de los pasajeros fueron instalados en el andén donde se detienen los trenes eléctricos vienen siendo metódicamente destruidos.
Las plataformas 1-2 de la estación haedense contaba con variados bancos: por ejemplo los había con las tradicionales tablas de madera como asiento y respaldo, y otros, de estirpe absolutamente ferroviaria, elaborados con barrilones (durmientes metálicos); estos últimos no eran muy cómodos, pero resultaban indestructibles.
Esta última cualidad no es patrimonio de los nuevos bancos, que vienen siendo desarmados en forma vandálica, por lo que ahora hay menos espacios para esperar sentado la llegada del tren.
Fuente: Diario Popular, Gentileza: Jorge Paz
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