Viajar en tren es hoy una odisea. Leyendo las diferentes quejas de los usuarios compruebo que en todas las líneas de capital y provincia de Buenos Aires, hay serios problemas.
Este corresponsal viaja en la línea Retiro, José León Suárez de la línea Bartolomé Mitre. Entre los problemas que padecen los pasajeros, el más importante es que las formaciones entran en plataforma con menos vagones. Al haber actualmente más pasajeros y trenes más cortos alen de Suárez completos.
En Chilavert ya son sardinas en lata. Ni hablar que en esa línea viajan madres con cochecitos y al momento de bajar comienza la tortura para cada pasajero. Se incrustan las ruedas en las piernas sin ninguna contemplación. Ustedes dirán que ese es un motivo de mala educación de los usuarios. ¡Es cierto!
Pero nadie controla que esas personas y sus cochecitos viajen en el vagón de las bicicletas. No hay guardas que controlen. Otro tema es la suciedad. Antes los trenes llegaban a Suárez, iban a los galpones y regresaban limpios para salir a Retiro. Hoy llegan a Suárez y vuelven a salir del mismo andén, con la suciedad con que llegaron. Botellas, papeles, pañales… Ni hablar de los aromas.
Viajando de noche el nombre de las estaciones no se ve. Las letras son pequeñas o están en lugares poco visibles y por lo general mal iluminados.
Fuente: La Nacion
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