Las gomas y la portentosa estructura frontal del vehículo invaden las zonas más cercanas al riel generando un riesgo más que innecesario. “Circulaba con mi bicicleta por el bulevar con dirección a Río Cuarto y al llegar al segundo paso nivel me encuentro con una de las máquinas de la Municipalidad, la cual sobrepasaba las barreras”, relató el lector de EL DIARIO y testigo presencial del particular evento. “Al momento en que el tren comienza a pasar el maquinista ofuscado increpa al conductor de la máquina pero éste, por lo que alcancé a ver, no hizo caso a tal situación”, agregó el joven que con su cámara tomó imágenes del peculiar momento ocurrido el viernes. Un exceso de confianza, un instante de imprudencia que puede ocasionar algo desagradable y doloroso. Hemos llorado demasiados accidentes para seguir provocando al destino. Alguien debería poner límites a estas conductas.
Fuente: El diario de Cordoba
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