Un tren volverá a circular entre la Estación Sud y White

La iniciativa tiene carácter cultural y turística. Esta semana comenzarán las evaluaciones técnicas de la locomotora y el vagón afectados a la experiencia. También se piensa en otros recorridos.

Si las previsiones se cumplen, luego de casi 20 años un tren volverá a realizar, de manera regular, el trayecto entre la Estación Sud e Ingeniero White. Incluso no se descarta la incorporación de otro servicio que vincule las estaciones de Galván y Bahía Blanca-Noroeste o bien que constituya una ampliación del primero. La iniciativa está a cargo de la Comuna junto con un grupo de apasionados ferroviarios del Raltrén Club, a partir de dos equipos disponibles que podrían cubrir dichos trayectos. Esta semana comenzarán las evaluaciones técnicas destinadas a conocer el comportamiento de una locomotora de pequeñas dimensiones y de un vagón con capacidad para 56 pasajeros sentados. Según fuentes municipales, será un tren cultural y turístico con parada en la terminal de avenida Cerri y otra en el sector de las "cantinitas" de calle Guillermo Torres, en Ingeniero White. La frecuencia de los servicios dependerá de la demanda y del comportamiento del equipo ferroviario, que recorrerá el trayecto en unos 15-20 minutos. Si la iniciativa tiene éxito entre la población, a los días domingo se le sumará también otros viajes los días sábado, con paulatinas ampliaciones. La locomotora que se utilizará inicialmente es una Plymouth Steel Car fabricada en los Estados Unidos en la década del 40 e ingresada en el país durante los años '50.

Posee un motor diesel y, pese a su reducido tamaño y escasa velocidad, posee una alta capacidad de arrastre. Esta características las hizo muy útiles en la realización de maniobras, tarea para la que resultaba ideal por poder circular hacia ambos lados sin necesidad de rotación. Según destacaron los miembros del Raltrén Club, no existe otra unidad similar operando en el país y se encuentra con la totalidad de sus piezas. En cuanto al vagón que integrará la formación ferroviaria, se trata de un coche antiguo en perfecto estado de conservación, dotado de bar y varias mesas. Viaje a la nostalgia. Los trenes locales fueron el nervio motor del transporte público bahiense hasta comienzos de la década del '60, cuando comenzaron a sufrir de manera concreta los embates del creciente número de automóviles particulares y del colectivo, mucho más versátiles y adaptables a las nuevas exigencias ciudadanas. Hasta entonces los trenes suburbanos trasladaban más de un millón de pasajeros cada año y existían unos treinta servicios diarios entre la estación Sud y su similar de Ingeniero White, pasando por Villa Rosas (Spurr). Otros doce hacían lo propio entre nuestra ciudad y las estaciones de Puerto Belgrano y Almirante Solier, en Punta Alta, mientras que desde la terminal Bahía Blanca-Noroeste ocho trenes tocaban las paradas de Loma Paraguaya y Galván para terminar su recorrido de ida en Garro (Ingeniero White). Dentro de estas formaciones se encontraba el denominado Tren de la Marea, que paraba en la playita de Galván, con horarios reforzados en época estival. También existían seis servicios diarios entre Bahía Blanca-Noroeste, Coronel Maldonado y Bordeu. El viaje a Puerto Belgrano insumía 42 minutos, a Almirante Solier 56 minutos, a Bordeu 13 y a Garro casi media hora.

Como paradoja cabe recordar que por esos años los trenes a Ingeniero White demoraban unos 16 minutos en unir la estación Sud con su similar portuaria, es decir, cubrían el trayecto en la mitad de tiempo que el servicio de ómnibus actual. ADRIAN LUCIANI. El último. Entre 1964 y 1966 los trenes locales perdieron casi el 50 por ciento de los pasajeros a manos de los micros y de los autos particulares. Según el ferroaficionado bahiense Héctor Guerreiro, el golpe de gracia a los trenes locales se produjo en 1992 por decisión del gobierno nacional, aunque hasta entonces sólo funcionaba el denominado Tren Obrero a Ingeniero White, una pequeña formación utilizada por el personal ferroviario. De hecho, admite Guerreiro, el transporte de pasajeros por tren había muerto como servicio público mucho antes.

Fuente: La Nueva Provincia