Alrededor de 350 personas visitan el museo los sábados de carnavalTuristas de distintos puntos del país y de otras partes del mundo que arriban a Gualeguaychú quedan fascinados al ver la condición en que se encuentran las máquinas en exposición en el predio del corsódromo.
Es sabido que la política de la década del 90 acabó con muchas redes ferroviarias del país, en Gualeguaychú se decidió levantar en lo que era la estación de trenes el majestuoso corsódromo que durante las noches de carnaval asombra a los turistas, pero se dejó un lugarcito para que nunca nos olvidemos lo que supo ser ese predio muchos años atrás.
Uno de los responsables del Museo Ferroviario, Adolfo Quintana, contó que es impresionante la cantidad de personas que se acerca, especialmente los días sabados, a recorrer las instalaciones del museo. “Estamos realmente sorprendidos y nos llena de satisfacción que la gente se interese por este tema. La gente se va muy contenta y agradece que se haya conservado el coche comedor y la máquina en las condiciones”, dijo Quintana.
El público que llega al corsódromo a sacar su entrada para el espectáculo de la noche se encuentra con este lugar y se muestra interesada por saber más acerca de lo que observa. El último jefe de Máquinas, Enrique Aagaard, que trabajó durante 32 años, y Adolfo Quintana son los encargados de explicarles a los visitantes sobre el funcionamiento de la locomotora y de las prestaciones que tenía ese vagón de principio de siglo pasado.
Según Quintana, los visitantes se interesan por saber acerca del recorrido que tenían estas máquinas y el tiempo que tardaban, cómo se llegaba a toda la mesopotamia desde Buenos Aires. “A partir del 15 de marzo de 1908 se pudo unificar el servicio que llegaba hasta Zárate, que partía desde la estación Federico Lacroze, desde esa fecha se unifican lo que eran los ferrocarriles entrerrianos con el Urquiza, la combinación se hacía en Parera, ese era el punto para viajar hacia Posadas o hacia Buenos Aires”, contó Quintana, y agregó que las máquinas descansaba un día en el lugar de destino, la que partía de vuelta era la que había llegado el día anterior.
A las personas que más le llama la atención este museo es a los turistas de origen extranjero, “gente de España, Francia, Alemania, Inglaterra, el turista europeo se siente maravillado por todo esto, es algo que nunca vio, ellos tienen un poco más de respeto por todo lo histórico”.
Por otro lado, el guía comentó que hay visitantes a los que hay que dedicarle más tiempo que otros, “una hora más o menos por persona”. “Es tanta la admiración que les causa esto que empiezan a preguntar lujos y detalles sobre el coche-comedor y sobre la máquina, dijo Quintana.
Sobre la locomotora explicó que esta volvió a la Argentina en 1983, recuperada por Enrique Aagaard y por el jefe de la Estación Pedro Brick. En 1981 prestaba servicios en Paraguay, tuvo un descarrilamiento y quedó fuera de servicio, luego de eso regresó a nuestro país”, declaró Quintana, una persona orgullosa de su trabajo y de transmitirle su conocimiento a todas las personas interesadas por saber un poco más acerca de este museo tan visitado en estos momentos.
Fuente: El Diario, Gualeguaychu
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