Una mujer falleció ayer al mediodía en Ranchillos, cuando circulaba en bicicleta por el andén de la estación y se topó con una zanja. La víctima, oriunda de Agua Dulce, viajaba con una sobrina de 12 años, que se salvó.
El maquinista no se percató del accidente. La mañana le pareció ideal para viajar hasta Ranchillos. Podría caminar con tiempo por la tradicional feria que todos los domingos se instala en la vieja estación de trenes de la localidad del este tucumano. Ayer a la mañana, la joven tomó su bicicleta, y junto a su hijo y unos sobrinos, partió hacia el mercado ambulante. Pero a punto de llegar, una zanja en el camino le hizo perder el equilibrio, y cayó a las vías del ferrocarril, justo cuando pasaba un tren carguero. Falleció en el acto. Alicia Raquel Montenegro tenía 29 años, estaba en pareja y tenía un hijo de seis años. La mujer nació y creció en Agua Dulce, un pequeño poblado ubicado en el departamento de Leales, a unos 15 kilómetros de Ranchillos. Según comentaron sus hermanos, no era usual que Montenegro fuera a la feria de los domingos. Prefería pasar el fin de semana en familia. La joven cobraba la asignación universal por hijos, y dedicaba las horas a cuidar la casa y criar a su pequeño. Ayer transitó los siete kilómetros de un camino de tierra hasta la ruta 302.
Desde allí, son ocho los kilómetros que hay que recorrer para llegar a Ranchillos. Pasado el mediodía, ya en el pueblo, tomaron por la vereda de lo que era el viejo andén de la estación. Montenegro llevaba en la bicicleta a una sobrina, de 12 años. Unos metros más atrás, otro sobrino llevaba al hijo de la joven. Un tren de cargas pasaba en ese momento por el lugar. Al parecer, la mujer no alcanzó a divisar una zanja que sale de una vivienda, y la rueda delantera del rodado se trabó en el pozo. La niña de 12 años consiguió saltar de la bicicleta y caer en la vereda. Montenegro no corrió la misma suerte. Su cuerpo se fue hacia la izquierda, y las ruedas del tren la alcanzaron. "Una mujer que vio todo nos dijo que las piernas quedaron enganchadas en una de las ruedas, y la arrastró unos 10 metros", comentó una vecina de Agua Dulce. "Nosotros vinimos bien nos enteramos. Un hombre llegó hasta casa para contarnos lo que había pasado. La apreciábamos mucho, era una excelente chica", agregó la vecina. Como las personas que acompañaban a Montenegro eran menores de edad y se encontraban con una crisis nerviosa por lo que acababan de vivir, el delegado comunal de Ranchillos, Antonio Alberto Pino, se comunicó con la agente sanitaria del CAPS de Agua Dulce, Magdalena Paiva, ya que el único dato que tenían para reconocer el cuerpo, es que la mujer vivía en esa localidad. "Llegué hasta la estación.
El delegado comunal sabe que trabajo en Agua Dulce, y me preguntó si la conocía. Efectivamente, la reconocí y le di el nombre a la Policía", comentó Paiva. Mientras tanto, la familia de Montenegro recibía la trágica noticia a través de un vecino, que había escuchado la noticia en una radio local. "Salimos corriendo hasta aquí. Todavía no podemos creerlo. Mi hija es la que venía con ella en la bicicleta. Por suerte reaccionó y saltó hacia la vereda, si no, la tragedia sería peor", comentó, consternado, Luis Montenegro (48), hermano de la víctima. "Ella no venía nunca. Justo que quiso venir pasó esto. Nos dijeron que no vio la zanja y cayó a la vía, con la mala suerte de que justo estaba pasando el tren", manifestó Oscar Montenegro (48), otro hermano de la mujer. Fuentes policiales indicaron que el maquinista de la empresa Nuevo Central Argentino, un ferrocarril dedicado al transporte de cargas, no se percató de lo que había sucedido, y siguió su camino. Unos 20 kilómetros más adelante, en la estación ubicada en la localidad de Cevil Pozo, la Policía lo detuvo. El tren había partido el sábado a la mañana de Capital Federal, y tenía previsto arribar a las 13 a San Miguel de Tucumán. Según explicaron en la Policía, el ferrocarril llevaba 108 vagones, y fue el número 25 el que arrastró los 10 metros a la mujer. "Es en el que hay rastros del accidente", dijo la fuente consultada. Los vecinos se encontraban conmovidos por la tragedia.
A menos de media cuadra, varios de los habitantes de Ranchillos estaban recorriendo la feria, cuando escucharon los gritos de los sobrinos de Alicia Montenegro. "Todos los días pasan por lo menos dos trenes de carga. Ayer (por el sábado) pasó el tren de pasajeros que va a Buenos Aires. Y los chicos juegan en las vías. Aunque aquí es tranquilo, es un peligro", se quejó Mariana Lucena.
Fuente: La Gaceta
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