-Hace 90 años, en mayo de 1921, las empresas ferroviarias locales informaron sobre los nuevos horarios de sus servicios. Desde 1884, el Ferrocarril del Sud (FCS) y, desde 1891, el Bahía Blanca al Noroeste (luego fusionado con el Buenos Aires al Pacífico) dotaban a la ciudad de viajes a distintos puntos del país.
En ese esquema, la llegada de la época otoño-invierno derivó en la readecuación de los horarios. El FCS ofrecía viajes a Buenos Aires, en el vía Pringles y el vía Lamadrid, todos los días. En el primer caso, a las 18.40, con horario de llegada a Plaza Constitución a las 9.30. El Lamadrid, en cambio, salía a las 13.50, con arribo a Constitución a las 7.20 del día siguiente. Los martes, jueves y sábados, podía viajarse a la Capital en el vía Tres Arroyos, que salía a las 11.37 y llegaba a las 7.02.
El vía Neuquén iba a Zapala los jueves y domingos, a las 10, para arribar a las 11.25 del día siguiente. Los martes y viernes, a Neuquén, a las 19.55, con arribo a las 9.23 del día posterior. Había, luego, una variada propuesta de días y horarios para viajar a Médanos, el Puerto Militar e Ingeniero White. El Pacífico, entretanto, tenía, los martes y jueves, trenes a Toay, La Pampa, a las 7, con horario de llegada a las 18.40.
Los mismos días salían trenes a San Juan, a las 10.30, para arribar a la ciudad cuyana al día siguiente, a las 20.40. A ello se sumaban los locales a Garro (Ingeniero White, desde estación Noroeste), pasando por la refinería Esso y puerto Galván. Tiempos de un ferrocarril que sólo circula por las vías de la nostalgia.
Fuente: La nueva provincia
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