La estación de Loma Verde se desactivó a principios de los años 60, pero hasta 1977, "Coco" Cadelli (82) mantuvo la ilusión de volver a su puesto ferroviario del pueblo donde nació, creció y formó una familia.
Estacion Loma Verde, foto Catoss, Galeria Haciendovia.
Ese año, las vías se levantaron y fueron vendidas a una acería. "Ahí fue cuando me convencí de que no había retorno con el tren", confía este nieto de un arquitecto suizo que diseñó, entre los finales de 1800 y principios de 1900, varios cascos de estancia de la zona, cuando todavía el lugar se llamaba Villa Brown. Cadelli trabajó 42 años para los ferrocarriles. Comenzó como aprendiz de telégrafo en Loma Verde cuando iba a tercer grado y se jubiló como segundo jefe de la estación de Carapachay, del servicio metropolitano. "Se murió el telégrafo y ahí nomás se murió el tren en esta zona", evoca. En sus tiempos de ferroviario, resalta, "se hacía carrera, porque antes al personal se lo formaba y yo tuve que dar dos exámenes a los 17 años para poder seguir trabajando".
Como, asegura, nació "para ser ferroviario", aunque vivió con "una gran tristeza" el final del tren que llegaba a su pueblo, el cierre del ramal no lo amedrentó. En 1961, cuando dejó de pasar el servicio de pasajeros, se enteró de que existía una vacante en Ingeniero Allan, por donde las máquinas seguían transitando. Y hasta allá fue, dejando a su mujer Nelly y a sus hijos en Loma Verde, adonde volvía cada vez que tenía algunos francos consecutivos. Su vida en las estaciones fue sacrificada, pero aún así esperó con un deseo profundo el regreso de las antiguas locomotoras. "Mantuve muchos años la ilusión de que viniera alguien que pensara en el bien del país y rehabilitara nuestro tren. La esperanza terminó cuando se levantaron los puentes y la acería Bragado compró las vías y se las llevó", concluye.
Fuente: El Dia
No hay comentarios:
Publicar un comentario