En la actualidad, y por factores económicos, el ferrocarril es una necesidad y no un pintoresquismo. Los países más avanzados se precian de tener los sistemas ferroviarios más confortables, veloces y seguros en una especie de constante competencia. En la Argentina, y en Mendoza en especial, nos contentamos con un fuerte dejo de nostalgia cuando alguno de nuestros obsoletos trenes ingresa cansinamente a la estación Mendoza de lo que fue el ferrocarril General San Martín, hoy concesionado a la empresa brasileña ALL.
Atentos a la expectativa de recuperar algún día el transporte ferroviario a 17 años de su supresión, el ministro de Infraestructura, Francisco Pérez, se entusiasma con el regreso del servicio.
En una entrevista con Radio Nihuil, el funcionario explicó que se está en conversaciones con la Unión Ferroviaria, la Fraternidad y algunas ONG vinculadas a la actividad del riel. Hizo referencia a la reciente llegada del tren de la Paz y amplió su exposición anunciando que se está trabajando en la incorporación de un tren de la Vendimia.
A esa idea se agregaría la posibilidad de crear otros trenes temáticos, como por ejemplo uno del Bicentenario o del turismo de invierno.
Para hoy a las 13 está prevista una reunión en Buenos Aires con la directora de Transporte Ferroviario de la Nación, Graciela Chiavazza. Con ella se analizarán temas vinculados a este tipo de transporte, pero con relación a todas las provincias, en el caso de Mendoza con San Juan.
Hasta ahora se trata de casos aislados, con llegadas esporádicas, pero todavía no se habla de restablecer un servicio regular. Hasta hace muy poco se habló de poner en servicio un tren de “alta prestación” que uniera Mendoza con Retiro en 17 horas. Es recordada la polémica que desató el proyecto del tren de alta velocidad entre Rosario y Córdoba: ambos proyectos parecen haber pasado al olvido.
En nuestra provincia es muy lento el avance del sistema de transporte urbano ferroviario lanzado por el ex gobernador Julio Cobos y materializado hasta ahora sólo en los arreglos de vías.
Uno de los argumentos para la reprivatización de los ferrocarriles y la desaparición del tren de pasajeros en el Interior del país fue el déficit y la nula rentabilidad del servicio.
Pero si volvemos a tomar el ejemplo de un mundo más avanzado, casi todos los servicios de pasajeros son subsidiados por el Estado porque se lo considera esencial para la economía macro. Un tren lleva mucha más gente o carga (en buen estado, por supuesto), contamina menos, descongestiona las rutas, y se desplaza mucho más rápidamente por lugares. En la Argentina hubo una red ferroviaria de 40 mil kilómetros, la mayor de América latina.
Es imposible volver a los supuestos años de gloria, hay muchas reparaciones y sustitución de kilómetros de rieles que se han deteriorado, reparación y renovación de locomotoras y vagones y relocalización de trazados y estaciones. Eso y una decisión política es lo que está pendiente.
Fuente: Ciudadano Diario
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