viernes, 6 de noviembre de 2009

Queremos que se fabriquen trenes en Mendoza

Tornero de oficio y colocador de equipos de GNC como actividad actual, a Héctor Antinori, vecino de Guaymallén, no le han resultado ajenas la política y las luchas vecinales.



Comunista primero y simplemente “un argentino” después, según puede calificarse a sí mismo, a sus 73 años sigue poniéndole energías a las iniciativas sociales en las que cree. Así, fue el motor de la lucha por el plan “Comuna –Vecino” en su municipio, que le permitió a las uniones vecinales asociarse con la Municipalidad para encarar obras subterráneas de alto costo. Luego, lo fue la educación técnica que se derrumbaba a pedazos, la recuperación de fábricas, la fabricación de semáforos inteligentes por parte de la UTN, el funcionamiento de unidades de micros a GNC, ahorrando costos y contaminación al aire.

Con muchos otros, encaró el apoyo a la actividad cooperativa, formando el Foro de Economía Solidaria de Mendoza y llevando a una decena de personas de diversas extracciones y orígenes políticos, tanto como actividades particulares, a conocer la experiencia cooperativa de la ciudad vasca de Mondragón.

Aquella aventura le dejó la calificación latente aun hoy, diez años después del viaje, de “El arca de Antinori”. Junto, dicen, a dos de cada especie y los mandó a ver que se puede salir del fango a través del esfuerzo solidario.

Bisabuelo desde hace poco, el Antinori vecinalista, el que peleó contra el aumento de las tarifas telefónicas, el que donó un torno nuevo a la escuela de formación técnica de su barrio, el Minoto, en Guaymallén, se funden en uno solo, enfrascado en el proyecto ferroviario para la provincia como está.

Hablamos con él.

¿Cuál su lucha de esta época?

- El tema ferroviario es, sin dudas, lo que le ocupa ahora a toda Mendoza. Es que la provincia no le va a encontrar solución a sus problemas ambientales y de transporte sin recurrir a los trenes.

¿Cree que es posible que la gente se mueva por la ciudad en trenes en poco tiempo más?

- Queremos llegar a la colocación de una línea de trenes capaces de comunicar a Gutiérrez, en Maipú, con la estación San Martín, que es la de Belgrano y Las Heras en la Ciudad.

Es decir que están de acuerdo con el proyecto del Gobierno…

- Digamoslo así: apoyamos que el Gobierno compre los trenes en Alemania, como lo ha anunciado el ministro Francisco Pérez. Pero hubiera sido mejor que los compraran nuevos (los de Alemania son usados) y con trocha ancha.

¿Y por qué el apuro?

- Porque llevamos 25 años de proyectos que no se concretan. Queremos que se empiece con esto, ya que tenemos la esperanza de que se concretará a tiempo en 2010, para celebrar el Bicentenario de la Independencia.

¿Cómo se imagina ese día?

- El Foro Mendocino para el Desarrollo Ferroviario, integrado por los sindicatos La Fraternidad y la Unión Ferroviaria, la ONG FERROTUR y otras organizaciones sociales está proponiendo que el 25 de mayo del año que viene se realice un desfile cívico militar y se sirva un chocolate en la estación San Martín para festejar el Bicentenario.

Realmente, se ve, están convencidos de que el Gobierno cumplirá con su promesa de que el año que viene ya esté circulando el tren, ¿es así?

- Creemos en Mendoza.

Usted deja entrever que podría hacerse mejor, ¿cuál sería la situación ideal?

- Lo ideal ya no existe. Lo importante es que se le de prioridad al funcionamiento de la estación San Martín y que se cree una escuela de conductores y técnicos para que reparen los trenes.

¿Y piensa que se podrían llegar a fabricar aquí?

- Es más: queremos que se fabriquen en Mendoza los coches motores. Hay una fábrica argentina, Zanello, que nos transfiere la tecnología para hacerlo. Fíjese que en el año 1955 aquí ya se fabricaban locomotoras a vapor y diesel de tres cuerpos que circulaban a una velocidad de 150 kilómetros por hora. Por eso yo digo que si se quiere, se puede hacer cualquier cosa.

¿Dónde se emplazaría la fábrica?

- Igual que la escuela, en los talleres que están funcionando actualmente en la calle Tiburcio Benegas. Los trenes de esa empresa son los que están ahora transportando gente al Machu Pichu, por ejemplo. ¿Por qué no en la Argentina?, me pregunto. Pero volviendo al tema de la fábrica: en algún momento tuvo 1500 empleados y hoy tiene 200.

¿Está funcionando?

- ¡Claro! Como taller de reparaciones de la empresa ALL, que tiene concesionado el ramal. No tiene impacto ambiental, no molesta a los vecinos, no fue desmantelada, como tantas otras a lo largo del país. Tiene grúas capaces de suspender en el aire a una locomotora para poder trabajar. Está completo. Y creo que puede llegarse a un acuerdo para ocupar la capacidad ociosa de esos tremendos talleres. Esas instalaciones, dicen, están entre las más importantes de Sudamérica y no están siendo aprovechadas lo suficiente.

¿No habrá problemas con la circulación de trenes justo por las vías de calle Belgrano?

- Yo creo que no son incompatibles los intereses de los vecinos de la Capital con los del resto de la provincia. El tren es una solución provincial y nacional. Se puede hacer como hicieron en la construcción del tren entre Viña del Mar y Valparaíso: un tramo bajo tierra. Se trataría tan sólo de 800 metros los que complicarían la traza en la Ciudad.

¿Cree que es posible?

- Para no frenar el funcionamiento rápido de la línea, podría empezar a circular a nivel mientras se trabaja por debajo. Así construyen los subtes en Buenos Aires. Si se creyera que todo es imposible, jamás se hubiese tenido nada. Mire: si hace 100 años nuestros abuelos agujerearon la montaña, ¿nosotros no podemos hacen un túnel de 800 metros aquí no más?

¿Ha encontrado apoyo de parte de la sociedad para avanzar en la vuelta de los trenes como medio de transporte?

- El viernes pasado a las 20.30 pasaron dos trenes por Villa Nueva: el del azúcar, que viene del Norte pasaba por el cruce de Avellaneda y el de ALL, por El Bermejo. Era increíble el paisaje de la gente saliendo a mirar cuando hicieron sonar sus bocinas. Por eso yo creo que no hay que esperar un segundo más. Tenemos que apoyar este proyecto que terminará con el flagelo del transporte en Mendoza.

¿Cómo se imagina a Mendoza con los trenes funcionando?

- Hay un gran espacio para soñar con este tema…pero además, para que esos sueños se transformen en realidad. No es difícil, no hay que seguir teniendo miedo de avanzar. Al tren que unirá la Capital con Maipú hay que sumarle el proyecto de Tren de las Arenas, apoyado por las comunas de Guaymallén y Lavalle y que llegará hasta las Lagunas del Rosario. ¡Está todo! ¡Hay que hacerlo! Y está el proyecto de FERROTUR Trasandino que busca generar un tren que recorra nueve bodegas entre Luján y Maipú. Creemos que si se avanza, también podremos conectar con San Juan, en el proyecto de Rioja para que su provincia vuelva a tener comunicación ferroviaria con Buenos Aires. Pero para eso hay que entender, además, que hace falta un tercer riel que permita el paso de trenes de diferente trocha.

¿Cómo es eso?

- Eso ya funcionó aquí en Mendoza: como el Ferrotranvía necesitará una trocha mediana, creemos que hay que incluir un tercer riel que facilite la circulación de otros trenes, los de trocha ancha, que son los que nos podrán comunicar con San Juan y con Buenos Aires. Eso es fundamental.

¿Cómo es que el tema llega a cuajar, según l señala su optimismo y cómo es que a usted se lo ve tan optimista después de tantas luchas truncadas?

- Es que en este tema, hasta hace poco, éramos voces dispersas que hablaban por separado, a las que el Gobierno escuchaba por separado y al final, su mensaje no cobraba fuerza. Desde que todos nos juntamos, hemos avanzado más en tres meses que en los tres años anteriores.

¿Quién triunfó? ¿El Gobierno? ¿Ustedes?

- Lo que primó es el sentido común. Por ejemplo: no se puede hacer un guiso de liebre sin liebres. El Gobierno entendió que no se puede hablar de trenes sin que participen los ferroviarios.

¿De verdad cree que el 25 de mayo estará circulando un tren de pasajeros por la Ciudad de Mendoza?

- Creemos, somos optimistas. Pero estamos a favor de que las cosas se hagan bien desde el inicio, para no tener que emparchar después. Esto del tercer riel es fundamental. Le repito: creemos en Mendoza.

¿Le parece que la oposición autorizará un endeudamiento para pagar el costo de los trenes que el Gobierno piensa comprar en Alemania, unos 12 millones de pesos, creo?

- Todos los mendocinos están de acuerdo con que vuelva a funcionar el tren. Así que queda una sola cosa: los legisladores deben respetar la voluntad popular.

Fuente: MDZOl

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