Fuente: Urgente 24
En el Palacio de Hacienda se afirma que Martín Lousteau trabajó en una propuesta que permita salvar el proyecto de tren-bala, no porque le interese el futuro de Ricardo Jaime sino porque se trata de que prospere una iniciativa de Cristina de Kirchner.
La información sobre el diseño financiero de Lousteau fue corroborado por Guillermo Laborda, del diario Ámbito Financiero, quien sostuvo: “ La estructura de financiamiento ya está prácticamente definida con varias modificaciones respecto de lo inicialmente previsto: no habrá bonos en garantía, sino que directamente se entregarán nuevos papeles de la deuda argentina, en forma gradual y a medida que la obra avance”.
¿A cuánto asciende el monto a emitir? Hay un tope previsto: US$ 1.350 millones.
Lousteau firmaría el esquema financiero de entrega de títulos de la deuda a medida que avancen las obras.
Para Lousteau resultaría un alivio: no tendría que firmar ningún documento de garantía oficial para el pago de la megaobra, que fue la condena de su predecesor, Miguel Peirano.
Probablemente, de tener que firmar, Lousteau opondría similar reparos, pero habría encontrado una alternativa.
Para Cristina de Kirchner también representaría un alivio: el denominado tren-bala es su anuncio más importante hasta ahora en materia de infraestructura pública.
Para los legisladores nacionales también sería un alivio: si no hay garantía oficial, no se necesita que el Congreso considere el tema.
El mecanismo sería sencillo: el banco Société Générale recibiría los títulos de deuda y podría realizarlos en el mercado en vez de retenerlos como garantía.
En ese caso, la cuestión es cómo debe resultar un título público argentino para atraer lo suficiente al mercado que le aporte el dinero a SocGen a un costo financiero que colme las expectativas de las partes.
SocGen tiene algunas propuestas acerca de cómo debería ser el bono, pero en definitiva eso supondrá una decisión política de Cristina de Kirchner, asesorada por Alberto Fernández, su jefe del Gabinete de Ministros.
Y habrá que definirlo antes del 26 de marzo. Luego, el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, tendrá 10 días para firmar el contrato con el consorcio Veloxia, que integran la francesa Alstom, la española Isolux, y las argentinas IECSA (Calcaterra) y Emepa (Gabriel Romero).
Por supuesto que no es el proyecto que imaginó Alstom al comienzo de toda la aventura. Pero es el financiamiento posible para una Argentina que ni siquiera logró resolver su ‘default’ con el Club de París, y que mantiene el tren-bala como un gran objetivo nacional.
Acerca de ese concepto, Lousteau prefiere no opinar. Su rol hoy es de técnico, aportando algunas iniciativas que puedan servirle a la Presidenta. Ahora deberá definir ella.
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